jueves, 26 de noviembre de 2009

Pobre Darcy


El empeño en hacer disparates con las obras clásicas continúa...

Ya queda menos

Mientras sigo en casa con mi faringitis, he visitado el blog de James Barbour, el actor de Broadway que interpretó a Mr. Rochester y a Sydney Carton en sendos musicales, y allí ha puesto un enlace para ver algunos fragmentos de la versión en concierto del musical A tale of two cities. No sé si será así el DVD que se va a sacar, pero me parece estupendo, porque van caracterizados para interpretar los personajes. Supongo que grabar versión en plan musical-musical es más caro, y así puede quedar bien y ser bastante digno. Bueno, les dejo el enlace y no me digan que no se emocionan con el final (vale, reconozco que hay que conocer la historia, así que el que no haya leído el libro se puede quedar igual...).

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La parte por el todo again


Bueno, aprovechando que tengo menos fiebre, dejo una parte por el todo. Facilita... no estoy para mucha imaginación.


lunes, 23 de noviembre de 2009

El juego del ángel

Hoy, aprovechando que uno de mis cursos se ha ido de excursión, he terminado El juego del ángel. El comentario en Lecturas Reunidas. Ahora voy a ponerme con otra novela de Grangé, autor de Esclavos de la oscuridad. Ya les contaré qué tal...

sábado, 21 de noviembre de 2009

2012

Anoche vimos 2012. No me agobió tanto, la verdad. Hasta se me hizo un poco pesada a ratos. Lo mejor es la primera parte, cuando se está yendo toda la falla de San Andrés a pique, espectacular. Lo cierto es que, cuando paso por algo tan insignificante como es el Puerto de la Cadena y veo esas formas levantadas y plegadas, no puedo evitar pensar en todo lo que se tuvo que mover la cosa para levantar aquello. Pero volviendo a la película, me gustó más El día de mañana, aunque a Roland Emmerich siempre se le ocurre lo mismo: los protagonistas corriendo y el Apocalipsis persiguiéndolos, ya sea en forma de glaciación instantánea o de grieta enorme que se abre en el suelo. Lo mejor de todo es ver a la familia protagonista en camisón y zapatillas en pleno Himalaya. Si los ve Bear Grylls alucina por un tubo porque, si algo he aprendido viendo a este hombre es que uno se congela en pocos minutos como no lleve la ropa adecuada. Pero esto es una nimiedad entre tanta exageración, ya saben: coches corriendo entre el desastre, aviones que salen de entre los restos de la catástrofe, etc.

Y como conclusión, a los de letras no nos van a dejar hueco para salvarnos en caso de desastre global.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Vejaciones

Acaba de contarme mi hermana mayor que un profesor ha sido juzgado por una falta de vejaciones y otra de maltrato por poner a una alumna castigada de cara a la pared, además de mandarle cien copias por no traer los deberes hechos. Según la acusación, la niña vomitó por los nervios y el profesor la obligó a limpiar el vómito y a seguir con el castigo. ¿Es una vejación poner de cara a la pared o mandar a hacer copias? ¿Y no lo es la falta de respeto hacia el trabajo de los docentes, pasando de ellos, insultándolos, colgando vídeos de ellos en youtube o cosas peores? No señor, aquí estamos para aguantar... hasta que tengan, por ahora, dieciséis años.

Ahora que lo pienso, tengo un alumno que me debe unas copias de todas la conjugaciones del verbo haber por escribirlo, por segunda vez tras haberlo corregido, con v y sin hache, tal que así: "avia". Es que ni el acento puso. Espero que no vengan a decirme que eso es vejatorio, porque el daño que causó en mis ojos ver esta palabra escrita así fue tal que debería estar tipificada en el código penal como delito de lesiones graves.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

ReVisitando a los Visitantes


Acabamos de ver el tercer episodio de V, la nueva versión de ese clásico de los 80 que todos los de mi generación vimos con entusiasmo aunque, que yo recuerde, no llegaron a poner el final. El caso es que ahora estamos enganchados a esta recreación y nos está encantando. Ya no sólo porque ha ganado en estilo, sino porque han sabido darle interés a un argumento que, de entrada, todo el mundo conoce. Sé que fueron muchos los que se prendaron de la malísima Diana, pero ahora se quedarán colgados de Anna, la lagarta malvada de esta nueva versión. Yo, por mi parte, estoy encantada porque tenemos en el reparto a un cura curato, je, je, jeeeeee.

Ir de estreno

Esta tarde he pasado por la puerta del cine Rex y he sentido cierta nostalgia. Había un montón de chicas haciendo cola para ver Luna Nueva y me he visto a mí misma hace casi veinte años... aunque yo me plantaba en la puerta del Rex (o donde se produjera el estreno) a las cuatro y media para ser la primera en ver la nueva película de Disney. Y es que, tras unos años de cierta sequía cinéfila, La Bella y la Bestia me devolvió la ilusión por ir al cine a ver algo muy esperado. Esa sensación de sacar la entrada, sentarse en la mejor butaca y disfrutar como una enana de una película que estaba deseando ver, es maravillosa. Tras ver La Bella y la Bestia unas cuatro veces, vinieron Aladdin, de las mejores para mí, y la hecatombe con El Rey León y El jorobado de Notre-Dame, que ya empezaron a decepcionarme. Hércules, un disparate mitológico donde los haya pero que me divirtió mucho, lo vi de estreno en último pase en donde me pilló ese día... ¡en Madrid! Y eso fue para no perder la costumbre. Junto a la manía de ir a ver las películas el día del estreno al primer pase, me dio por hacer álbumes de Panini de la mayoría de ellas, nuevas y clásicas, si bien creo que no llegaron a sacar el de mi película antigua preferida, La Bella Durmiente, con ese príncipe estupendo que me enamoró cuando era pequeña y lo vi en una reposición.

Hoy día ya sólo me pasan estas cosas con las series de televisión como Lost. Ahora, el mejor cine, está en la tele. Qué pena.

P.D.: hablando de series esperadas, sé que va a ser una decepción, pero ahí va un enlace para que vean las primeras fotos de los actores encarnando ya a sus personajes de Los pilares de la tierra. Para ver a cada grupo de personajes, vayan pinchando arriba en cada uno de ellos: Shiring Nobility, Builders & Peasants, Monks at Kingsbrigde, Royal Court.


martes, 17 de noviembre de 2009

Ten amigos para esto

Las últimas semanas he venido observando un extraño cartel publicitario en la Avenida de Los Dolores, cerca ya de mi casa. Se trata de un anuncio que alude, sin dar mucha más información, a un gran espectáculo taurino para cerrar la temporada de la plaza de toros. Desde un principio me ha olido a chamusquina y hoy, por fin, el secreto ha sido desvelado: se trata de una de esas bromas perpetradas por los amigotes de una pareja a punto de casarse. Había visto los típicos carteles en los semáforos, pero alquilar una valla publicitaria y, tras unos días de misterio, poner los caretos de los contrayentes los cuales, no nos engañemos, no son precisamente modelos ni han pasado por el photoshop, es un delito que debería estar tipificado en el Código Penal. Me alegro de la discreción que tuvieron mis amigos, porque vaya un "regalo" con más poca gracia.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Otra historia de vampiros adolescentes es posible

Y como muestra, un botón: Déjame entrar. Sin desmerecer a Stephenie Meyer, con cuya tetralogía disfruté porque sabía lo que estaba leyendo (y me hubiera encantado tener veinte años menos para disfrutar aún más), aquí tenemos una opción más terrorífica, morbosa y sangrienta. Un poco más en Lecturas Reunidas.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Si Freud me psicoanalizara...

Suelo tener varios tipos de sueños recurrentes. Hoy voy a hablar de dos de ellos. En el primero, siempre llego tarde a un sitio. Bueno, más que llegar, la cosa es que hay algo que me lo impide: un autobús que viene tarde, me pierdo por el camino... Vamos, que no me presento en el sitio nunca. En el otro tipo de sueño vuelvo a ser estudiante. Aquí hay variantes, porque lo mismo me veo en la universidad que en el instituto o incluso compartiendo mesa con mis propios alumnos. En estos sueños nunca tengo los ejercicios hechos, o me preguntan cosas que no sé... un agobio, vamos.

Esta noche se me ha mezclado todo en un refrito disparatado. El lugar era una especie de híbrido entre el instituto en el que trabajo, los pasillos de la Facultad de Letras y el colegio en el que estudié. Tocaba el timbre y yo tenía que ir a clase de Lengua con el profesor que me dio en C.O.U., uno de esos hombres un poco chapados a la antigua, de los que leía los exámenes en voz alta, riéndose de las burradas de cada uno y al que había que contestar "Presente" cuando pasaba lista. Imagínense el agobio que he pillado, porque no encontraba el aula y me daba pánico llegar tarde. Lo peor era que, si no entraba, no veía manera de justificar la falta. Allá que voy y busco, lógicamente (léase con ironía), el Departamento de Historia del Arte y le pregunto a Lola, la de la oficina de mi instituto (la pobre también se ha visto metida en mi sueño) que dónde están los horarios de los profesores y los de las aulas, porque me he perdido. Me dice que junto a la vitrina que hay al lado de la puerta del Departamento, una vitrina que contiene, agárrense, figuritas de porcelana. El desquicie es total cuando veo que allí no están los horarios y ya me veo perdiéndome la clase de Lengua. En ese momento creo que he cambiado de sueño, pero luego se lo he contado en otro sueño a una amiga del instituto y nos hemos reído juntas, tanto que me he despertado riendo. Eso ha sido lo mejor de todo.

Perdón por el rollo, pero tenía que contarlo.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Hasta siempre, Padrino



No va a ser todo hacer homenajes a las estrellas de Hollywood. Hoy hemos perdido a uno de los grandes del cine español: José Luis López Vázquez. Recordado como el Padrino de la reata de hijos de Alberto Closas en La gran familia y sus secuelas, yo me he reído con él en las comedietas con Gracita Morales o Concha Velasco, "españoladas" que son testimonio de toda una época. Su versatilidad lo hizo protagonizar hitos del cine patrio como El pisito, las películas de Nacional de Berlanga, y otras más "serias" como Mi querida señorita, La verdad sobre el caso Savolta, La colmena... Ochenta y siete años de vida dan para mucho, pero es triste que estos actores acaben en el olvido en los últimos días de su existencia. Me vienen a la cabeza otros como Manuel Alexandre o José Sazatornil, Saza. Qué ratos he pasado viendo películas con ellos... Actores como la copa de un pino, a los que se les entendía perfectamente lo que decían, que es lo mínimo ya que se le pide a un intérprete. Descanse en paz don José Luis López Vázquez.