Siempre que hablo de series con calorros suelen ser
italianas. Sabemos que los italianos son guapos por naturaleza y es normal encontrarte monumentos en sus producciones, además de sus momentos apasionados poco frecuentes en las series de época de la BBC o ITV. Pero
The Tudors es de Showtime y eso se nota a la legua. Empezando por el propio rey, la pasarela de tiazos es un no parar desde la primera hasta la última temporada. De las señoritas no opino, pero les cuesta poco trabajo quitarse las enaguas y revolcarse con el primero que les dice ojos negros tienes. Esa corte tudoriana era un burdel de lujo. Mas entremos en materia maromial, que es de lo que va este post.
Realmente me estoy volviendo loca, porque me salen maromos hasta de debajo de las piedras. Pido disculpas si meto alguno en el período equivocado.
Charles Brandon, el amigo del rey
En primer lugar, debemos hablar del onmnipresente Charles Brandon, que
es el único que sale en todos los capítulos además de Enrique. Por eso
no podemos adscribirlo en ninguna temporada/etapa en concreto.
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Joven y chulesco en la primera temporada |
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Con María Tudor, considerada la princesa más bella de su época |
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Ejem... (segunda temporada) |
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Empieza el fruncimiento (aquí, con su tercera esposa) |
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Opening de la tercera temporada y más fruncimiento |
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Barbas a principios de la cuarta temporada |
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Más viejo al final de la serie (esta señora es una de tantas licencias) |
Lo de Henry Cavill no tiene nombre y no seré yo la que hable aquí de las bondades de este señor, que es guapo de los de morirse por infarto ovárico sin remedio. Para leer sobre Henry y su maromidad, mejor vayan al post que mi querido Josito Montez
le dedicó un jueves en su blog. Ahí lo tienen todo muy bien expresado. Lo único que yo vengo a decir es lo siguiente: benditos productores y directores de casting, que transformaron a Charles Brandon, Duque de Suffolk, en este Apolo. No son listos ni nada, vamos. Que si vienen y nos ponen a un ballenato como Enrique VIII y a un barbas rancio como Brandon iba a ser lo mismo, ¿verdad? Pues no.
Charles fue uno de los amigos más íntimos, por no decir el mejor, del rey de Inglaterra. A pesar de cometer un pecadillo como el de casarse sin permiso de Enrique con María Tudor, hermana del monarca (no confundir con la hija), su amistad perdurará en el tiempo y en el espacio. Este personaje irá evolucionando con los años, desde una juventud un tanto juerguista a una madurez en la que se replantea muchas de las decisiones del rey. Y esa evolución irá acompañada de un fruncimiento de ceño que se incrementa en cada temporada, lo que viene a ser un añadido al ya insuperable atractivo cavilliano. Las pruebas las tienen arriba. Como dato curioso, fue el abuelo de Lady Jane Grey, reina durante nueve días.
Sé que después de Henry ninguno es comparable, pero es de justicia
nombrar a los participantes en esta pasarela de "señores que". Vamos a por ello.
MAROMOS DE PRIMERA TEMPORADA
Confieso que ya ni me acordaba de ellos, pero aquí les dejo dos ejemplos de señores que una se encuentra nada más empezar a ver la serie. Compañeros de juergas del rey junto a Charles Brandon.
Anthony Knivert
William Compton
LOS MAROMOS DE LA ÉPOCA BOLENA
A Ana se la acusó de tener relaciones sexuales con cientos de hombres y a algunos de los supuestos amantes les cortaron la cabeza previo paso por las manos de los torturadores. Entre ellos tenemos a:
George Boleyn, el hermano
Vale, no ha salido muy favorecido, pero el chaval no está mal. En la serie dejan caer que le iban más los hombres que las mujeres. Bueno, no lo dejan caer, lo ponen dándose más de una alegría con el siguiente "amante" de la reina Ana.
Mark Smeaton, el músico
A este pobre hombre lo hicieron confesar sus supuestas relaciones sexuales con Ana Bolena a base de torturas bestiales.
William Brereton, el asesino frustrado
Como otra de las licencias de la serie, a William lo ponen como una especie de asesino a sueldo para que se cargue a Ana Bolena, con escena en plan Lee Harvey Oswald incluida. Confesó haber tenido relaciones con la reina de buenas a primeras, para condenarla a ella.
Otros maromos de esta época serán:
Thomas Wyatt, el enamorado de la reina
Poeta entre otras cosas, parece ser que fue amante de Ana Bolena antes de casarse con Enrique. El único que sí había tenido algo con ella (aunque no cometió adulterio) y que nunca fue acusado. Desgarradora su imagen cuando Ana es llevada al cadalso y preciosa poesía la que él escribe.
Thomas Cranmer, un obispo muy especial
Otro que se parece como un huevo a una castaña al personaje real que interpreta, pero vistiendo así, ya saben lo que opino. Mejor que mejor. Cranmer vino de Alemania a Inglaterra con esposa incluida, a la que tuvo que ocultar durante el viaje. Después salió corriendo de la isla cuando Enrique prohibió los matrimonios para los curas. Un lío.
LA ÉPOCA DE JUANA SEYMOUR Y ANA DE CLÉVERIS
Thomas Seymour
Los enredos de esta gente son un sin parar. Thomas Seymour era amante de Catalina Parr antes de que ella se casase con Enrique VIII. Finalmente se unieron cuando la reina quedó viuda.
Edward Seymour
Guardián y protector del pequeño príncipe Eduardo, en la serie no se ve, pero terminará por caer en desgracia al atribuirse demasiados poderes en nombre de su sobrino cuando éste sea proclamado rey siendo un niño.
Reginald Pole
A Mark Hildreth le eché el ojo cuando hacía de lagarto bueno (y tan bueno) en la nueva versión de V. Busqué alguna foto suya y allá que lo encuentro así ataviado. Fue de cabeza a mis archivos vaticanos, como debe ser. Al pobre cardenal Pole lo persiguen por toda Europa y le matan a toda la familia. Luego hablamos de Bloody Mary, pero anda que Henry se andaba con chiquitas.
LOS AMANTES DE CATALINA HOWARD
Francis Dereham
Catalina no era precisamente virgen cuando se casó con Enrique VIII. En su tierna adolescencia tuvo relaciones con este señor, que llegó a la corte y la obligó a emplearlo so pena de decir las verdades del barquero sobre el pasado de la reina. Cuando se descubre el pastel, las torturas y la ejecución de este personaje fueron de lo que más asco me ha dado de toda la serie. Allen Leech, el chófer de
Downton Abbey, no está aquí demasiado guapo, pero merece su lugar en este post maromial.
Thomas Culpepper
Personaje bastante repelentoide, fue el amante de Catalina Howard durante el matrimonio de ésta con Enrique VIII. Las cartas que ella le envió fueron la prueba definitiva para acusar a la reina de adulterio.
LOS MAROMOS EFÍMEROS
Felipe de Bavaria, un duque para María
Colin O'Donoghue está en mis archivos vaticanos desde los tiempos de El rito y me encantó verlo por aquí. Qué pena que su paso sea tan efímero, sólo un capítulo. Es, además, de los pocos actores que se podría decir que se parece a su personaje. El duque Felipe era posiblemente un sex symbol en su época y el retrato que he visto de él es prueba de ello. En la serie, Felipe es lo que yo califico como un calorrazo. Y qué alegría para nosotras y para María Tudor. La pobre no encontraba marido ni para la de tres por culpa de los líos de su padre, pero llegó Ana de Cléveris y le habló de un primo suyo, describiéndoselo como lo más de lo más. María, católica hasta la médula, no quiere saber nada de un protestante, pero fue verlo y quedarse tonta. En la serie puede oírse a la perfección la caída de enaguas cuando se encuentran por primera vez. Dentro de tanto putiferio, un casto beso por parte del duque a María es de lo más bonito que he visto en la serie.
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Oiiiiiiiiiiiiiiiig, qué cosa más tienna |
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El Duque de Nájera
"Que no falte de ná", pensé al ver a Fabio Tassone. Por fin un actor español (que no les engañe el nombre) haciendo de un español y hablando "en cristiano" como él mismo dice en la serie, sin acentos extraños. Cuando Catalina de Aragón hablaba en español con Íñigo de Mendoza, tenía que leer los subtítulos en inglés para enterarme. Este señor no sólo no tiene ningún acento, sino que posee una voz preciosa, de hecho es la voz en off de algunos anuncios. Es el más efímero de todos, pero hasta el último momento tenemos maromos en esta serie. ¿Que el rey y Charles Brandon se nos ponen viejos y achacosos? Pues traemos a uno que alegre la vista a las espectadoras. Muchas gracias.
Y hasta aquí el post sobre los hombres estupendos de The Tudors. Si me he dejado alguno de importancia, me lo dicen y lo añado.
(Continuará...)