sábado, 15 de febrero de 2014

Regalo de Starz por San Valentín

Y no tengo nada más que añadir.


lunes, 10 de febrero de 2014

Otro poquito más de lo que viene en GoT

 Un vídeo de casi quince minutos con lo que nos trae la cuarta temporada de Game of Thrones fue emitido anoche. Me da a mí que, junto a la primera, ésta va a ser la mejor. Tiene mucha miga, van a pasar muchas cosas, va a morir gente que nadie se espera... ¡Y vamos a tener el MOMENTAZO! Espero que lo hagan bien, rezo por que lo respete, porque debe ser perfecto.

En cuanto al vídeo, yo contaba con que Meñique no saliera (y Aidan ni te cuento, porque apenas se prodiga en estas cosas), pero aparece dos microsegundos ¡Y vaya microsegundos! No puedo esperar, arg.



Ya te digo si las hay jugosas...

Snow maiden kisses!!!!
Oberyn y Ellaria en todo lo suyo

¡La Víbora Roja!
Qué bien se lo pasan en los rodajes

domingo, 2 de febrero de 2014

A Da Vinci se lo llevaban los demonios

Últimamente estoy dejando atrás mis antiguas indignaciones, aquellos cabreos que agarraba cuando empecé a ver The Tudors y la abandoné durante meses porque no soportaba que me endosaran a una Catalina morena y demasiado mayor frente a un Enrique que parecía no envejecer ni engordar. Al final terminé viéndola y dedicándole hasta cuatro post por estos lares blogueros. La serie me gustó, era un gustazo visual (no sólo por el maromeo) e históricamente era bastante fiel, aunque encontré muchas licencias.

Entre esta serie y la que aquí voy a comentar hoy han caído en mis manos otras que posiblemente años ha no hubiera seguido por ser una ida de olla importante. Pero me doy cuenta de que o estoy perdiendo facultades o ya veo lo que me echen siempre que haya de por medio una casaca, un corpiño o un traje de época en general. Insisto en que hay barreras que no pienso atravesar, léase Águila Roja, pero me doy cuenta de que en todos lados cuecen habas con rapaces bermejas y en las series americanas y hasta en la sacrosanta BBC a calderadas. Cosas como Drácula, reinterpretación del clásico de Bram Stoker para mayor gloria de Jonathan Rhys-Meyers (que parece encarnar al mismo personaje que en The Tudors) o Sleepy Hollow, una serie de corte bastante amable que nos trae a la famosa leyenda al mundo actual por obra y gracia de los encantamientos, me han enganchado tontamente.Y ahora empiezan The Musketeers y Black Sails, así que estoy a punto de la seriedosis a este paso. Visto el primero de cada, la de los mosqueteros, producción bbcesca, es una modernidad que seguiré viendo, y la otra, pues es de Starz y sale Toby Stephens frunciendo el ceño y con barba pelirroja, no hay más que añadir.  


Jonathan Rhys-Meyers/Alexander Greyson/Drácula haciendo de las suyas
Ichabod Crane en el siglo XXI
Mosqueteros al ataque
Toby como el capitán Flint
Como todo el mundo sabe, soy una persona con mucho tiempo libre, para envidia de la mayoría de mis congéneres, y lo aprovecho en tontunadas como leer novelas y ver series a porrillo. Igual que pasa con la literatura, lo mismo me veo una producción de las de calidad que me meto entre pecho y espalda algo que sea puro entretenimiento. Porque no va a ser todo The Wire, Black Mirror o Breaking Bad. Sí, lapídenme porque aún no he terminado con Rome y por no comentar sustanciosamente por aquí Vikings. Pero quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra, y vistos los comentarios a propósito de los culebrones sudamericanos, aquí hay mucho pecador. Por mi parte, siempre que haya lugar y se pueda, ésta que escribe seguirá viendo esas series que son menos trascendentes pero que enganchan por alguna razón.

Ya confesé mi último pecado gordo: Reign. Deseando estaba su regreso, sobre todo porque hay otras abducidas como yo y eso de comentar en grupo me encanta. Ahora toca hablar aquí de la serie que nunca pensé que iba a ver: Da Vinci's Demons.

Para empezar, la intro me parece una gozada. Qué mejor que hacer uso de los bocetos del genio italiano y mezclarlo con imágenes reales y una música bastante hipnótica. El resultado es una maravilla para mi gusto. 

 


Superada la admiración del diseño de los créditos, entramos en el disparate. Los guionistas y encargados del vestuario y maquillaje/peluquería se llevan la palma. Los primeros porque han pensado que quién mejor que Da Vinci, que era un adelantado a su época, para poner en imágenes la trama conspiranoica mezclada con elementos históricos. Así nos lo vemos metido en los líos de una secta antiquísima cuyos secretos son codiciados por el Vaticano, para variar. Esto sí que es el Código Da Vinci y no el bodriete de Brown. Se salva gracias a eso, porque si nos ponemos a mirar la fidelidad histórica pueden salirnos ronchas, pústulas y hasta principios de lepra.

Ya en el primer capítulo se nos muestra por dónde va a ir el asunto. Sale un fulano fumando y le ofrece a Da Vinci, que dice que acepta dependiendo de qué sea. El otro le responde que es una mezcla de tabaco con no sé que. TABACO. Anno Domini c.1472. América por descubrir y el tabaco también. Y lo dice en inglés, ojo, tobacco. Vale, aceptamos barco como animal acuático y tobacco esa palabra árabe que aludía a cierta mezcla de hierbas y no al tabaco americano. Seamos buenos porque no incurren en error, pero no me digan no confunde un poco la cosa. Diga usted "opio" y nos ahorramos sobresaltos. 

Leonardo dándole a la cachimba, como mis alumnos

El episodio sigue y me encuentro con lo que parece el programa Da Vinci en la práctica, uno en el que recrean los ingenios del maestro. Aquí se nos presenta uno de sus chismes voladores. Y funciona y todo. Pero no será el único: armas, trajes de buceo y un sinfín de cosas pulularán por esta temporada.

El sufrido ayudante probando el aparato volador

Trago saliva. Próxima parada: taller de Andrea del Verrocchio. Fragmento del retrato colosal de Constantino, pero más parecido al rostro del David de Miguel Ángel que al original que representa. 


Al fondo pueden apreciar la escultura
Sigo viendo el disparate. Unos guardias civiles salen a escena. ¿Guardias civiles? Bueno, van vestidos de cuero negro y no de verde, pero lucen unos tricornios fantásticos forrados en piel. Para mí que eso del tricornio es algo más del siglo XVIII. Y no me suena haber visto esos atuendos en ningún cuadro de la época, y eso que Piero della Francesca era muy dado a colocar gorros bastante extraños en sus obras.

Susórdenes, que llega la Benemérita
Avanzamos con el capítulo. Nueva noticia: Leonardo era ambidiestro. Posiblemente, no digo que no, pero un niño que no recibió una educación reglada escribía con la mano que le era natural, y se sabe que Leonardo era zurdo. Podrían haber tenido la decencia de ponerlo escribiendo, tomando apuntes, dibujando, etc., con la izquierda. No, sólo nos dicen que es ambidiestro a propósito de una pelea en una taberna, porque también es un espadachín que ya quisieran los mosqueteros.

Pa chulo ya estoy yo, que para eso soy Leonardo

En algún momento nombran las patatas, ya aquí ya no hay perdón como con lo del tabaco. Y todo esto en el primer capítulo, aunque el final del segundo no tiene desperdicio: Da Vinci va a descubrir algo bastante antes que cierto navegante genovés.

Directamente a Sudamérica, sin pasar por el Caribe

El vestuario femenino es bastante extraño para el Quattrocento. En cuanto al masculino, en general se basa en los retratos medíceos, pero ojito a los complementos que nos llevan algunos, sobre todo el malvado Riario sobrino/hijo del papa Sixto IV.

Sin comentarios

Otro tema son las edades. A saber: a Lorenzo nos lo muestran demasiado maduro frente a un Leonardo y un Giuliano (el hermanísimo) que sólo son unos cuatro años menores que él. Por ahí pulula también Botticelli, siete años mayor que Leonardo, y aquí parece un criajo, además de presentarlo celosón del genio y claramente gay. Para mí que tuvo algo que ver con el pollo que le montan a Leo, al que acusan de sodomía.
Ese Alessandro envidiosete

Para rematar la faena, por la corte medícea se presenta Isabel I de Castilla con Torquemada. Por supuesto es morena, santurrona y hasta la califican de frígida. Ay, Señor...

Isabel, a la izquierda, viendo una representación de El Decamerón
¡Una cosa histórica al fin cerca del último capítulo! La conjura de los Pazzi, pero no se pueden estar quietos y tampoco es que la cosa sea muy fiel. El caso es dejar claro que esto va de "aquí cuento la Historia como me da la gana".

Como colofón, decir que esta serie tiene mucho de Sherlock, la de la BBC. Primero porque Da Vinci es un adicto al fumeteo como el detective consultor lo es a la heroína. Segundo, por los gráficos tan maravillosos que salen cuando Da Vinci tiene una idea y que se asemejan mucho a los de la otra producción (letreritos, dibujos en movimiento). Aquí dejo un ejemplo de lo que nos presentan cuando estudia el vuelo de los pájaros.

Y, en tercer lugar, la actriz que interpreta a Clarice Orsini, la esposa de Lorenzo, es la misma actriz que hace de Irene Adler.


Cerrando el post dejo lo que yo llamo "momentos", es decir, escenas que me recuerdan a otras cosas:

Momento Black Mirror: National Anthem

Momento Batman-Black Mirror

Momento Lost-Iniciativa Dharma

Momento Game of Thrones

Momento "mira qué paisaje de la Gioconda más guapo me ha quedado"

Momento Corea del Norte-Drácula (sí, ese señor es Vlad Tepes)
Y con esto acabo. Creo.

EDITO: A todo esto, ni rastro de Simonetta Vespucci...