sábado, 30 de noviembre de 2013

Aprendamos gaélico

Sigamos sassenacheando, por qué no. Bastante follón he dado ya con Grey. Más vale darlo con algo un poco más potable. Por fin un vídeo decente en el que Sam nos enseña cómo decir la palabra fetiche de esta serie de novelas. Sassenachizadas, sujeten bien todo aquello en peligro de caer y/o explotar.


martes, 19 de noviembre de 2013

Sassenacheando

Cambiemos de tercio, que ya está bien de Grey. Hablemos de Jamie Fraser, al que ya me referí en una entrada anterior. Terminado el cuarto libro (aún me quedan tres y el octavo saldrá en unos meses), el número de sassenachizadas va en aumento gracias a la producción de Startz y su reparto. Y, hablando de reparto, meto aquí una pequeña reivindicación relacionada con lo que pretendo contarles en este caótico post. Hace unos días vi un documental sobre el poco valorado trabajo del director de casting. En ceremonias, festivales y saraos cinéfilos varios premian hasta al tío de la claqueta, pero al del reparto nada. En el mencionado documental, un director de cine se negaba a que se premiara a los encargados del casting, porque él, como director, tenía la última palabra. Para mí eso no es excusa, porque yo creo que los directores de reparto tienen mucho que decir. Marion Dougherty, figura central de este documental, estuvo detrás de la elección de actores de películas como El golpe, Arma letal, La chaqueta metálica, Cowboy de medianoche, Maverick, Gorilas en la niebla o Lady Halcón por citar unas cuantas. El caso es que se hablaba allí de cómo a esta mujer se le ocurrió, por ejemplo, que el compañero de Mel Gibson en Arma letal fuera negro, cuando eso no se decía en el guión. Y ahí está la pareja de polis, triunfando en cuatro películas gracias a su química. Dio oportunidades a actores desconocidos porque vio en ellos algo. Si tan poco influyen, ¿por qué no se pone el director de la película a hacer audiciones? Pero dejémonos de reivindicaciones y vayamos al kilt de la cuestión, valga el chiste. 

Y es que todo esto viene a colación de los actores principales de Outlander. Aún tengo en mi cabeza el buen reparto que Startz consiguió para The Pillars of the Earth. Si bien a Phillip lo imaginaba más pequeño, Jack, tan difícil de conseguir, fue un hallazgo, lo mismo que Ellen o Aliena. En general, todos y cada uno me convencieron, eran como más o menos los había imaginado, y eso es muy difícil. En su momento dije por aquí que a Jamie Fraser lo imaginaba como Derek Theler, el pelirrojo grandote con cara de niño que coprotagoniza Baby Daddy. Sam Heughan, el que encarnará al highlander, no me pareció mala elección, y Diana Gabaldon, la autora de los libros, aseguraba que Sam era Jamie tras ver un vídeo de su audición. El caso es que iban saliendo fotos por todos lados y sí, muy mono, pero me decía poco. De repente salió un trocito de vídeo de Sam con Caitriona (la actriz que interpretará a Claire) en la Comic Con. A él le habían puesto un gorro de lana para que no viéramos su pelo tintado de rojo (arrrrrg), pero se palpaba cierta química entre ellos, importante para que esto resulte. El caso es que, al final del vídeo, el soltó un "C'mon, Sassenach" que me dejó patififusa. Sí, empezaba a ver a Jamie Fraser en Sam Heughan. 

Qué pena que no se oiga.
Bueno, bueno, el sassenacheo (palabro que uso cuando me refiero a todo lo que tiene que ver con Outlander y que sólo las iniciadas entenderán) seguía su curso. Tras un parón, retomé la serie con la cuarta novela, mientras que las noticias sobre la producción televisiva salían por allá y por acá. Fotos de muchos paisajes, nuevos actores que se incorporaban al reparto... De pronto, la esperada imagen: ¡Sam en kilt!

¡Y frunce el ceño!
La cosa iba mejorando... Pero necesitaba algo más. Y ese algo llegó el domingo por la noche en la gala de los BAFTA escoceses. Por Twitter se dijo que iba a salir Sam a dar un premio. Pillé un enlace para verlo en directo y, oiga, eso de que luciera otra vez kilt como que estuvo muy bien.

A la pava de al lado la tenemos en la lista negra. No le basta con Moray, no.


Esa mirada empezó a convencerme.

Se ve regulera, pero se intuyen patorras.
Twitter ardía, las capturas de pantalla se multiplicaban... Sin embargo, aún quedaba lo mejor: una entrevista que le hicieron a Sam esa noche. Primero apareció esta foto en el Twitter de OutlanderStartz:

Dijo vestir el kilt como un auténtico escocés. Picarón.
Un gif, para ir calentando motores (y lo que no son motores)...

Mordiendo labio. Que no lo pille el Grey (oh, wait!)

Y finalmente, el vídeo de la entrevista. 




 Ahí fue la puntilla. Derek quedó relegado como Jamie Fraser. Sin ser Sam un tipo de hombre que me ponga tonta como, por ejemplo, Aidan Gillen, ver a este chico en movimiento y, sobre todo, oírlo, me convenció absolutamente de que es un Jamie perfecto: aspecto juvenil, casi aniñado, pero con buen cuerpo, lo justo para estar bien sin pasarse; ojos expresivos; sonrisa cautivadora y natural; y la voz, las cadencias. Que lo mismo te la pone grave en plan tiazo que te suelta una frase con un tono dulzón. En fin, que cuando suelte un "Sassenach" en plan cariñoso, las explosiones ováricas se van a oír en toda la orbe. Sassenachizadas del mundo: vayan grapándose las enaguas, tomando tila y poniendo el desfibrilador ovárico cerca, porque esto sólo acaba de empezar.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Ver series en serie (y morir en el intento)

Estos últimos cuatro días he estado viendo series que tenía semiabandonadas, pendientes o a medio. Y todavía no he terminado ni me he puesto al día con algunas. Aprovechando que mahn estaba fuera, me dije: "Ahora o nunca." Y así he terminado la cuarta de Downton Abbey, que medio se ha ido arreglando y siempre me termina enganchando, he visto la miniserie The escape artist, con David Tennant, y he empezado el disparate llamado Dracula y la peleona Sleepy Hollow. Ahí es nada, porque seguir ya sigo ahora mismo Isabel, Homeland, The Big Bang Theory, The Paradise y American Horror Story Coven, mientras espero el regreso de Sherlock y Game of Thrones. Y tengo por ahí a medio Rome y Peaky Blinders, ésta última para verla con mahn, que también quiere ver In the flesh y terminar Utopia. Menos mal que vimos ya Breaking Bad este verano y enganchamos con la última temporada, y The Wire el verano anterior, en plan maratoniano (serie que perdí con la catástrofe de mi disco duro junto con otras muchas, entre ellas seis temporadas de TBBT, The Forsyte Saga, QaFUK... ). Y, aunque no se lo crean, ¡aún no he terminado Frasier!

Luego está Twitter. Meterse allí es morir: Treme, Hannibal, The News Room, The Hour, The Mill, Luther... Me va a dar algo. Necesito vivir varias vidas si quiero verlo todo. Porque por ahí tengo The White Queen y Vikings también. En su momento abandoné Once upon a time, Ripper Street, Spooks (no me maten) y Da Vinci's Demons. Los Soprano se han convertido en mi nuevo Friends, porque creo que nunca la veré llegados a este punto (insisto: no me maten).

A esto hay que unir la llegada a Murcia de Birra Series de la mano de Israel Vicente y Quentin Ozores, cuyo episodio piloto fue para analizar Breaking Bad. Ahora preparan otro sobre series inglesas y quiero llevar algunos deberes hechos. Arg.

Ahora es cuando en los comentarios me recomendarán otro millón de series buenísimas y que hay que ver sí o sí. Entonces me suicido para reencarnarme en una tortuga, que viven doscientos años.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Y con esto y un bizcocho...

Yo me pego un tiro cuando miro mis últimas entradas: todas son del Grey. Me tengo que reciclar o perderé lectores a lo bestia. Bueno, a lo que voy: foto oficial del maromo y la maroma. Hala, ya he cumplido hasta dentro de unos meses (espero). Ahora voy a cortarme las venas o algo. Espero que el próximo post sea de otra cosa, que algo tengo por ahí pendiente. 

Él frunce y ella muerde labio. Para qué queremos más.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Y venga ganar perras

El año pasado acudí al Salón Erótico del Levante para hablar sobre el fenómeno Grey. Antes y después de la mesa redonda, estuve paseando por el lugar y en muchos stands se vendían antifaces, esposas y chuminadas varias auspiciadas bajo la marca del rey de las camas y el sadomasoquismo de salón. Cosas trilladas a más no poder pero que eran más caras y más solicitadas al estar relacionadas con la trilogía.

Cuando ya creía haberlo visto todo, llega ayer mi hermana de Marvimundo y me deja un catálogo en la mano. Ella sabía que yo le sacaría partido. Cincuenta sombras de Grey. La colección oficial. Autorizada por E.L. James, reza el papelito. Abro y me encuentro cosas tales como lubricantes, aceite de masaje, aceite de baño, gel estimulante, preservativos, bolas chinas, vibradores y antifaces. Vamos, una revolución, chismes y productos que jamás hubiera pensado que existían hasta que ha llegado el señor Grey o, mejor, la señora James, y nos ha abierto los ojos (que no el ojete, querida Sasha). 



Pero lo mejor no son los productos ofrecidos, sino las citas extraídas de la obra magna que van encabezando la descripción de lo que se pretende vender. Me quedo, sin duda con la del Lubricante Seda. Por favor, agarránse al sillón si están sentados, siéntense si están de pie, porque es de una sutileza que corta la respiración: "Ana, estás tan húmeda". Frunzo los ojos, pongo los labios en blanco y gimoteo. Me he puesto mala, no necesito el lubricante para nada. Otra perla, esta vez del Gel Estimulante Femenino: "Sucumbo y exploto en torno a él en un orgasmo devastador que me arrebata el alma y me deja exhausta y derrotada." Oigggg, que usando el gel éste vamos a tocar  el cielo del orgasmeo. La cita que me ha decepcionado es la de los preservativos. Esperaba un "Rasga un paquetito plateado", pero se queda en "Saca un condón, mirándome fijamente, con una expresión oscura, y desenrollándolo se lo coloca." La madre que parió a la James. Dígame usted qué expresión oscura puede tener un tío que está sacando un condón. Tendrá expresión de ganas de fruncir. En fin, que esto es una mina, de oro para ella, de risas para mí.