sábado, 29 de agosto de 2009

Spots Volkswagen

En el blog de Javier Moñino me he encontrado con un anuncio estupendo de Audi. Me han venido a la memoria otros de Volkswagen que también están muy bien:





viernes, 28 de agosto de 2009

Leer sin poder parar


Anoche, a eso de las tres menos algo de la madrugada, terminé esta novela que, en mi edición, se titula Esclavos de la oscuridad, sin el "los", pero bueno.

mahn me la había recomendado con mucho fervor y no me ha decepcionado. He de decir que la trama te engancha desde el principio, no deja lugar al aburrimiento. La manera de componer una historia tan compleja sin que decaiga en casi setecientas páginas me parece un logro, porque el lector sólo quiere saber más y más de lo que ocurre aquí. Es cierto que el meollo del asunto no me ha llegado a convencer, pero me lo he pasado bien leyendo la novela. Este tipo de investigaciones son las que me gustan, y no los rollos político-financieros, que me parecen un tostón... pero para gustos, colores. El autor nos lleva y nos trae como le da la gana por la historia, presentándonos a muchos sospechosos, haciéndonos caer un poquillo en sus trampas...

Todo comienza con el intento de suicidio de un policía. Su mejor amigo (y narrador de la historia) de encargará de reconstruir qué era lo que se llevaba entre manos para llegar a algo así, porque ambos son fervientes católicos... Y hasta aquí puedo leer.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Lolitas


Acabo de ver anunciar en la tele una nueva serie llamada 90-60-90 Diario secreto de una adolescente. Con semejante título, y viendo la presentación, ya se pueden imaginar. Trata de una relación prohibida entre un hombre de 41 años y una chica de 16. Qué quieren que les diga, pero odio la imagen de lolitismo y sexualidad en general que continuamente nos ofrecen las series españolas. Anuncios, programas varios, teleseries,... todo va a lo mismo: el sexo. Ahí tenemos, por ejemplo, un anuncio de champú anticaspa según el cual el tío que lo usa mantiene su cabeza fría "para tenerlas a todas contentas". Hablando mal y pronto: que si te pones el susodicho champú mojas seguro y cumples con todas. Ni la viagra. Y luego tenemos lo de las series: nunca he soportado las historias de hombre maduro con adolescente-pero-muy-madura-para-mi-edad-aunque-me-visto-como-si-tuviera-once-años. Uséase: la pava de Los hombres de Paco, sin ir más lejos. Lo que empezó siendo una comedia con su gracia terminó por convertirse en una historia de sexo adolescente pseudorromántico insoportable. La niña con ínfulas de nueva Lolita era para salir corriendo.

Pues ahora nos anuncian este nuevo rollo. Y a todo esto, me viene a la cabeza que ayer vi el programa Diario de... en donde se hablaba, entre otras cosas, de los peligros de Internet para los adolescentes. Una reportera se hizo pasar por una niña de 13 años y, al minuto de crear el perfil, ya tenía un montón de tíos invitándola al chat. Uno la llamó por teléfono y le preguntó cada cosa... hasta que consiguió quedar con la "adolescente". Finalmente se reveló como un guarro de tomo y lomo pillado por la Milá y sus cámaras. Asqueroso.

Colecciones tontas

Hay dos cosas que nos indican que se acaba el verano y empieza la rutina del trabajo. No se trata de la bajada de las temperaturas ni del acortamiento de los días, sino de los anuncios de la vuelta al cole de El Corte Inglés y la venta de fascículos coleccionables de lo más absurdo. Lo de los grandes almacenes todavía me pone los pelos de punta y me retrotrae a mi infancia. Pero lo de los coleccionables me sorprende cada año con cosas más extrañas, así que no se sorprendan si alguna vez ven algo como esto en un quiosco:

martes, 25 de agosto de 2009

Vuelta a la Regencia


He leído Venetia, de Georgette Heyer. Esta autora es muy conocida por ser una experta en novelas de misterio tipo Agatha Christie, aunque tiene otras que han sido comparadas con las de Jane Austen, hasta el punto de considerarla su heredera. A pesar de haber nacido en el siglo XX, Georgette Heyer ambientó estas historias en la misma época que Austen, es decir, en la Regencia. La manera de escribir, sus heroínas y su sentido del humor recuerdan bastante a su predecesora. De Heyer leí hace años El tío Sylvester, que no me disgustó, pero que tampoco me dejó mucha huella, la verdad. Compré Venetia para desintoxicarme de Larsson y vampiros. Deseaba volver un poco a las historias sencillas, con personajes divertidos, diálogos inteligentes, tramas un poco culebroneras y mucha ironía. Pues, en ese sentido, Venetia no me ha decepcionado. Sin llegar a ser Orgullo y prejuicio, su protagonista, Venetia, es la heroína independiente, viva e inteligente que gusta a las lectoras. Lo mejor es que, en contra de todo y de todos, se enamora de un libertino trece años mayor que ella. En él encuentra a alguien con quien reír, hablar y ser ella misma. Su primer encuentro es ya bastante divertido, la verdad. Venetia no es una chica al uso. La mismísima Elizabeth Bennet palidecería ante las ocurrencias de esta señorita. Y qué decir de lord Damerel, un hombre que está de vuelta de todo, un antihéroe... o no.

Lo que está claro es que he tenido que leer esta novela poniendo los cinco sentidos, porque cada frase o descripción contienen mucha información. Nada que ver con las historias de vampiros o con el follón informativo de Larsson. Unas pecan de simples y otros de pesados. Aquí he encontrado un cierto equilibrio.

Un añito

Pues ya hace un año que nació mi sobrino. Ayer fue la celebración de su primer cumple y no pudo ser mejor. El crío se lo pasó en grande, se pringó con la tarta todo lo que quiso y disfrutó de lo lindo. Cuando sea mayor no lo recordará, pero fotos para que se haga una idea sí va a tener.

viernes, 21 de agosto de 2009

Fin de Crepúsculo




Ya terminé con Amanecer, por tanto, también con toda la serie Crepúsculo. No sé qué manía tienen los escritores cuando empiezan a hacer segundas, terceras, cuartas, etc, partes de sus novelas que la siguiente es siempre más gorda que la anterior. Véase por ejemplo el caso de Harry Potter. Aquí lo mismo: de la primera a la última hay una diferencia de casi cuatrocientas páginas. Y otra chorrada específica de esta serie en concreto: ¿desde cuándo le llaman a la protagonista con el diminutivo de Bells? En esta última parte todo quisque se lo dice.

Pero vayamos al asunto. La tercera parte nos dejó un epílogo protagonizado por Jacob, una manera de la autora de cubrirse las espaldas de cara a la siguiente entrega, porque una de las partes está protagonizada por este personaje. De esa manera podemos asistir desde otro punto de vista a algo muy importante a la vez que nos tiene más en vilo, claro. A veces da la sensación de que Jacob es más protagonista que el propio Edward, precisamente por ese peso que tiene conforme vamos avanzando en la historia, sobre todo en Luna Nueva. En cuanto a Bella, sufre una transformación en su personalidad bastante grande: madura, deja de ser una adolescente y no sé hasta qué punto las lectoras con las hormonas aceleradas se sentirán tan identificadas con ella. Supongo que el interés por saber en qué queda la historia entre el vampiro y la mortal pesa más. Lo que está claro es que, de nuevo, tendremos amenazas para la familia Cullen en el horizonte... y de nuevo es Bella la principal causa, aunque esta vez hay algo diferente, que no voy a desvelar aquí, por supuesto.

Lo que sí se percibe es un final cerrado con una pequeña fisura, diminuta, pero ahí está. ¿Habrá quinta parte? No creo, pero miren lo que ocurrió con Los pilares de la tierra veinte años después...

miércoles, 19 de agosto de 2009

Vídeo inquietante

Les dejo un vídeo de Tom Petty and The Heartbreakers. No soy seguidora de esta formación, pero el tema que quiero compartir con ustedes forma parte de mi pasado como fiel espectadora de todo programa de vídeos que hubiera en la tele, que eran pocos, por cierto.

Seguro que cuando lo vean, algún que otro seguidor de este blog comprenderá un poco lo que hace Tom Petty...

http://www.youtube.com/watch?v=I2xb0gwDaaU

sábado, 15 de agosto de 2009

La mujer de verde


En un día me he merendado esta novela. Después de tochos como los de Larsson o los de Stephenie Meyer, un libro con sólo 300 páginas es pan comido. Bueno, y que se deja leer, claro. Y todo ello a pesar de que de nuevo estaba ante una obra nórdica, islandesa para más señas. Pero no llega a las cotas de Millennium, "la trilogía de culto" según rezaba un cártel que he visto hoy en el Centro del Libro, al que he ido con mahn para traerme Amanecer.

Compré La mujer de verde pensando en que iba de otra cosa. Según el argumento de detrás (que no suelo leer por si me chafan algo, aunque esta vez sí lo hice) el hallazgo de unos huesos de hace unos cincuenta años va a poner al descubierto algo conocido como "el asesinato de almas". Misterioso, ¿eh?. Nada de eso. La novela está escrita mezclando el presente y el pasado. En cuanto ha salido el primer trozo narrando el pasado me he dado cuenta de que ese "asesinato de almas" no es otra cosa que el maltrato en el ámbito del hogar. A la hora de identificar los huesos que se han encontrado no hay mucho misterio, la verdad. No conozco los parámetros de la novela negra y la he etiquetado como tal porque así aparece en todos lados, pero yo pensaba que este tipo de literatura era otra cosa. Wunderk es más experta. A mí me ha parecido estar leyendo el argumento de un capítulo de Caso abierto o Bones. El ir del pasado al presente, sobre todo al final, me ha recordado bastante la manera de hacer la primera de las series citadas. Lo que sí me ha gustado es la manera de reflejar el sufrimiento de la mujer maltratada, porque creo que analiza bastante bien los sentimientos que estas víctimas llegan a tener: la culpabilidad, el miedo, el no saber cuándo vendrá el próximo golpe... Dramático. Pero misterio poco. Al menos va al grano y no nos lía demasiado.

viernes, 14 de agosto de 2009

Quejarse de vicio III

No tengo perdón de Dios. Habiendo salido escaldada de Millennium, no se me ocurre otra cosa que ponerme con La mujer de verde mientras espero la cuarta parte de Crepúsculo. Cuando la cité algún post más abajo, no dije que es de un autor islandés. Vale, no es sueco, pero para el caso de los nombres imposibles es lo mismo que si fuera de la tierra del Ikea. Ahí va una perla, página 33:

Erlendur, junto al hoyo bañado en el sol del atardecer, miró hacia el norte, a Mostellsbaer, Kollafiördur y el monte Esja, las casa de Kjalarnes. Vio los coches por la carretera de Vesturland, bajo el monte Úlfarsfell, en dirección al centro de Reikiavik.


Eclipse


Ya he terminado Eclipse, así que a mahn no le queda más remedio que comprarme Amanecer para que termine con el lío humano-vampírico-licántropo cuanto antes. Posiblemente no sea la manera más adecuada de leer, así, como a tragalaperro, pero tampoco es una literatura que agote por lo densa. El cuerpo te va diciendo el ritmo que debes ir llevando. Ya les contaré en lo que queda la cosa cuando termine con la serie.

domingo, 9 de agosto de 2009

Elegir qué leer

La semana antes del encierro inglés casi terminé de leer El misterio de la casa Aranda de Jerónimo Tristante. Me lo llevé a Camposol, como una pequeña licencia a conceder a mis neuronas, y allí me lo terminé.

Esta tarde he empezado La mujer de verde, pero a la vista de que Wunderk está con Eclipse, me he puesto manos al vampiro y he dejado para más tarde la otra novela. Ya veremos qué tal, aunque una de mis alumnas del año pasado me dijo que era la peor. Supongo que Stephenie Meyer estira ya demasiado la historia, pero siempre da gusto tropezarse con Edward Cullen por ahí, la verdad.

En cuanto al libro citado en primer lugar, a pesar de que había leído antes la segunda entrega dedicada al detective Víctor Ros en la que se decían ciertas cosas ocurridas en esta primera aventura, me ha gustado. Engancha el misterio, aunque me parece más redonda El caso de la viuda negra en cuanto al argumento. La tercera, que supongo que saldrá, me la leeré seguro. Bien por nuestro paisano Jerónimo Tristante. Ya saben, me voy a Lecturas Reunidas a poner la entrada correspondiente.

En "España" otra vez

Ya hemos vuelto del Guantánamo inglés. Ha sido una buena experiencia y, por otro lado, bastante extraña. Lo de Camposol es un disparate: parecía la Iniciativa Dharma y nosotros los Otros. Imagínense todo un pueblo en pleno Campo de Cartagena en el que sólo se habla inglés y viven ingleses. Los extranjeros éramos allí los españoles. Como digo, un disparate. Fíjense que hasta me compré un imán para el frigo con la bandera de España y el típico toro de Osborne para recordar que estaba en mi país...

En cuanto al curso, ha sido muy relajado y eso se agradece. Las clases más teóricas eran sólo por las mañanas y después teníamos distintas actividades. Fuimos a una clase de golf y el profesor me dijo, supongo que para animarme, que tenía potencial. Qué cosas. Lo mismo es el único deporte que puedo hacer. Las profesoras han sido muy amables y la madre de una de ellas, que era la que cocinaba, nos ha cebado a base de bien. Lo digo con todo el cariño, porque es peor pasar hambre en un sitio que no conoces. Allí se comía a todas horas y todo riquísimo. Ahora puedo decir que la comida inglesa no está nada mal, sobre todo los postres. Eso sí, lo del fish and chips me lo imaginaba de otra manera. Me parece que he engordado tres o cuatro kilos, no les digo más.

Los compañeros han sido fantásticos. Todos menos uno éramos de Murcia y teníamos conocidos en común. En total éramos seis, un padre y su hijo, un maestro de Valladolid, un ingeniero, mahn y yo. El padre y el hijo son de Alquerías, así que conocían a gente que también eran conocidos de mahn. Pero lo mío ha sido peor: el ingeniero era de Nonduermas, fue al mismo colegio que yo, un año después, y ninguno se acordaba del otro, pero él conocía a toooooodos mis compañeros de clase. Fue muy gracioso. Y lo que nos hemos reído con el padre de Alquerías.

Ha sido positivo. Cuando pensaba en contar todas estas cosas a mi familia o escribirlas en el blog ¡lo hacía en inglés! Ese es el objetivo de este tipo de cursos. Ahora, la vuelta a la realidad.

domingo, 2 de agosto de 2009

Aim goin to lern inglish

Me voy al Guantánamo inglés, es decir, a un curso de inmersión lingüística. No estaré lejos, en Mazarrón, y con mahn. Bueno, si no doy señales de vida hasta el domingo que viene, será que estamos aislados. See you!

Bien por la Primera


Hoy me ha sorprendido la Primera de Televisión Española poniendo en prime time un clasicazo del cine de catástrofes: El coloso en llamas. En una época en la que se prefiere echar el último bodrio que ha pasado por la pantalla grande o un telefilme infecto que, a la sombra de películas recientes de gran éxito, copietean a aquéllas y pululan por nuestras televisiones, la Primera ha optado por volver a las noches de sábado cinéfilas. Y fíjense que me he puesto nostálgica, porque he recordado Sábado Cine. Tendría yo unos doce o trece años y mis hermanas ya estaban en la edad del pavo, lo que significaba que salían los sábados a la discoteca más en boga por aquellos tiempos en Alcantarilla, la Súper Chuy's, siempre que no les pidieran el carnet, claro. Pues bien: esas noches yo me quedaba en casa esperando la película que ponían después de Informe Semanal. Siempre me preguntaba cómo mis hermanas preferían salir por ahí a quedarse a ver una buena peli. Ojo, que mis hermanas también son unas cinéfilas, lo que pasa es que la adolescencia es así. Gracias a estas sesiones de fin de semana vi muchas producciones del Hollywood clásico y del no tan clásico. En general, era una televisión en la que ciclos como los de Alfred Hitchcock, Mitchell Leisen, Dana Andrews o Gene Tierney no eran necesariamente relegados a las madrugadas, aunque a altas horas de la noche me levanté para seguir el ciclo de Lawrence Olivier o ver películas como Si yo fuera rey. Si sé algo de cine clásico es, en primer lugar, gracias a mis padres y, en segundo lugar, a la televisión que se hacía en mis años mozos. No quiero parecer la típica que se acuerda con nostalgia de los ochenta o los primeros noventa: sólo constato una realidad, porque ¿de qué va a conocer un crío ahora El coloso en llamas si no lo va ni a oler en las televisiones nacionales?