sábado, 27 de septiembre de 2014

Un fin de semana para recordar

El tiempo vuela. Parece mentira que ya haga una semana que pasé un fin de semana muy especial. De manera casi espontánea, surgió en Historias de Época la idea de ir a Madrid a visitar la exposición de Alma-Tadema y la pintura victoriana al Thyssen. Al principio no me apunté, pero luego pensé que por qué no, que sería una oportunidad única para conocer en persona a tantas buenas amigas que ya conocía por las redes. Durante el verano hemos ido organizando todo (bueno, yo menos, la verdad, y desde aquí agradezco a las cabezas pensantes el esfuerzo), ajustando fechas, lugares, planes... En el camino hemos vuelto loca a la mujer del hostal, pero al final todo salió a pedir de boca. La única pena fue no poder contar al final con Xauen y con Carmina, pero ya tenemos excusa para una nueva quedada forera.

Yo llegué la última el viernes. Las que ya estaban en Madrid fueron tan amables de esperarme para irnos todas juntas a cenar. Mi llegada al hostal en un taxi fue recibida por Nefertari (la que lió todo esto), Vintagechoes, Beatriz, Ithilme y mrsdarcy, además de la madre de Nefer y una amiga de aquélla, que desde el primer momento ya fueron unas locas de época más. 

La mañana siguiente era el gran día. Se unió a nosotras Noelia (que ya estuvo el viernes haciendo de cicerone por el museo Sorolla con las más tempraneras), Crisis de Fe y las madrileñas Fornier, Salón de Lectura, AGATALU y wildwolf. Mi esguince se portó como un campeón y no tuve ni una molestia. Estuvimos recorriendo la ciudad, visitamos también el Museo del Romanticismo, echamos una ojeada a la tienda Living in London... Una pasada todo. Las fotos llegaban al grupo de whatssapp por docenas y nos reíamos de las poses, los caretos y las pintas que sacábamos en ellas. 

Éramos un grupo peculiar, compuesto por personas que nunca nos habíamos visto en carne y hueso y, sin embargo, fue hacerlo y directamente tratarnos como de toda la vida. Y es que casi es así. Las redes sociales, bien usadas, nos dan experiencias tan maravillosas como la vivida por mí ese mágico fin de semana. Un viaje plagado de buenos ratos, charlas animadas, complicidad y muy buen rollo. Venidas de varios sitios de España (incluso de Canarias), formábamos una pandilla unida por nuestro amor a las Historias de Época y la locura por todo lo relacionado con ellas. Prueba de esto son las chapas que fuimos luciendo con orgullo por las calles de Madrid y que ahora son mis tesoros. En fin, sólo puedo decir que lo pasé en grande y que la conexión fue maravillosamente locuela. Y no sigo porque lloro, como mi Beatriz preciosa...


Para redondear la experiencia, pude ver bien tempranito el capítulo más importante de la midseason de Outlander: el de la boda de Claire y Jamie Fraser. No sé cómo aún estoy viva después de esto. Esta semana ya termina y no tendremos más hasta el 4 de abril. Lloro de pensarlo, así que habrá que consolarse viendo los capítulos emitidos una y otra vez en bucle. Qué sacrificio...