domingo, 29 de septiembre de 2013

Esa maldita genética

Hace tiempo publiqué un post sobre ciertos milagros de la Naturaleza, hijas atractivas de padres feos. En esta ocasión hablaré de genética y fraternidad. No, no piensen que vengo a opinar sobre el trillado caso de Paquirrín, ése en donde la madre Naturaleza se convierte en madrastra y te hace un desastre como Kiko Rivera, y luego te pone como hermanos a dos monumentos llamados Fran y Cayetano. Y no comentaré más porque esto tiene una explicación: en el caso de Kiko no estaba Carmina Ordóñez de por medio, pero también hay que reconocer que el pobre es más feo que su madre, la Pantoja.

A veces en la ficción nos ponen a gente haciendo de hermanos y no hay quien se lo crea. Últimamente he visto a dos que no se parecen ni en el blanco de los ojos, son como una especie de experimento al estilo de Los gemelos golpean dos veces, aunque menos cruel con el hermano bajito. Me refiero a los protagonistas de Baby Daddy, una chorrada campestre muy blanca en donde el macizo Derek Theler y el canijo Jean-Luc Bolideau interpretan a dos hermanos. El primero es pelirrojo, no cabe en el plató y luce cuerpazo. El otro es moreno, delgado y pequeño.

El butanero tuvo que andar por ahí

Pero volvamos a la vida real. La genética a veces no es tan cruel y dota a los hermanos de las mismas virtudes. Sería el caso de las hermanísimas Olivia de Havilland y Joan Fontaine. Pero eso también es un problema. Hollywood era demasiado pequeño para dos bellezas semejantes y su enemistad se haría mítica. Aún viven y dicen las malas lenguas que están aguantando hasta ver quién de las dos muere antes.

Dientes, dientes...
Existe algún caso más como Yon González y Aitor Luna, muy monos los dos, Pier Angeli, Marisa Pavan y Patrizia Pierangeli...

Todo este rollo viene a colación de dos hermanos en la vida real, ambos actores, en donde la genética no ha sido tan benévola con ambos. Casi diría que uno es una especie de milagro, porque viendo a los padres tampoco es que tuviera muchas opciones para salir tan guapo. La Naturaleza juega a veces con los genes y de pronto te coloca una nariz allí, un ojo allá, una boca acullá y queda una cosa monísima. Luego elige otras y ya es otro cantar. Tú miras a los dos y ves que se parecen a sus padres, pero uno se llevó lo peor y el otro lo mejor. Como digo, una jugarreta de la genética.

Los padres de estos dos actores lo son a su vez, de esos clásicos del teatro inglés: Sir Robert Stephens, ya fallecido, y Dame Maggie Smith, aún activa.

Los tiempos felices



El matrimonio terminó rompiendo, pero antes tuvieron dos vástagos. El primero se hace llamar Chris Larkin. De pequeñito era una monada, todo hay que decirlo.

Con su papá

El segundo retoño fue llamado Robert, como su padre, pero se ha hecho famoso bajo un diminutivo: Toby Stephens. Cuando era un recién nacido ya daban ganas de comérselo. El bebé apuntaba maneras y a Maggie se le veía en la cara lo feliz que estaba con ese precioso niñito.

Ains, qué boquita...
Antes de divorciarse, la pareja tuvo momentos en familia con sus dos niños, que se parecían bastante entre sí.


Los niños se hicieron jovenzuelos y las diferencias empezaron a ser patentes.


La orgullosa madre
Hasta que finalmente llegarían a la edad más que adulta y los caminos del parecido se separaron del todo.


Y el caso es que tienen un aire de familia. Toby se parece tanto a su padre como a su madre, y lo mismo ocurre con Chris. Miro a Robert y veo a Toby. Miro a Maggie y me pasa lo mismo. Pero es más guapo que ellos. La genética tiene un curioso sentido del humor, está claro. No es por nada, y me perdonarán la expresión, pero qué putada para el menos agraciado, oiga. Tenían los mismos números en la lotería, pero Toby acertó también con la serie y se llevó el premio gordo.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Mini fan fic de "Canción de Hielo y Fuego"

Tras publicar mi quinto fan fic basado en un personaje de Canción de Hielo y Fuego, aseguré que ya no iba a escribir nada más. Dos sobre Meñique, otro sobre Lyanna, Rhaegar y la Guerra del Usurpador, uno sobre los Lannister y el último sobre Jorah Mormont me dije que hasta aquí. Y no porque no me guste escribirlos, sino porque ya no hay ningún personaje más cuya historia me interese. Elora y Kahlan89 empezaron a picarme con Oberyn Martell, alguien que saldrá en la cuarta temporada de la serie y que es un personaje bastante interesante. Indagué en su pasado y me gustó, pero su historia es un tanto irregular y está un tanto desvinculada de la de las cosas de Poniente hasta que se produce el momentazo que todos los seguidores de las novelas esperamos ver bien plasmado en la pequeña pantalla. Aun así, me apetecía hacer una pequeña incursión en su pasado y el resultado es el mini fan fic que aquí les presento. Espero que les guste.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Esas maravillosas pruebas iniciales de curso

Grandes alegrías me han dado hoy tres preguntas de la prueba inicial de 2º de ESO.

A la pregunta Di quién descubrió América y la fecha exacta (día, mes año) me he encontrado con que sólo una alumna ha dado en el clavo con todo lo pedido. Y es china, aunque china de las que habla español, aunque no es adoptada, sino nacida en España. En descargo del resto decir que al menos a Cristóbal Colón sí lo conocen (otro año me he encontrado con Napoleón como descubridor). La gran sorpresa es el baile de fechas que he leído (algunas van sin año, otras sin mes o día y así). Ahí van:

19 de agosto, 1564 (dos veces lo han puesto), 1872, 1143, jueves abril S. XIV (muy fan de esta respuesta), 22 de junio, septiembre de 1564, 12 de junio, 16 de junio (también dos veces, supongo que se habrán copiado), descubrido el 13 de octubre de 1890, 10 de octubre de 1221, 4 de octubre, 1467, 1972 (WTF!), 1840, 1907, 24 de febrero, abril, septiembre de 1564, 25 de diciembre. 

Otra pregunta, esta vez tipo test. ¿Qué es el feudalismo? La opción chorra Sistema social creado por Freud ha sido marcado en cinco ocasiones.

Y la última, que me ha dejado pensando. ¿Qué es el tercer mundo?
-El cielo.
-El cielo, el nirvana, etc... Según la religión.
-Es un sitio donde la gente cree que cuando muere una persona su alma se va al cielo.
-Es lo que pasa después de la Edad Contemporánea.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Hace un año, a estas horas

Esa mañana se levantó, hizo sus mandados y después se fue a su huerto, a quitar unas hierbas, porque no soportaba verlo con maleza. Allí se quedó. Sé que hubiera hecho exactamente lo mismo si hubiera sabido que sólo lo quedaban unas horas de vida cuando despertó ese día, bien temprano. El deber era para él lo primero.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Frunciendo entrecejos y otras cosas

Llegados a este punto, tengo que comunicarles una cosa: el verbo to frown es el más utilizado en la literatura escrita en inglés. Hasta el señor Grey no me había fijado en eso, pero ahora, cada vez que me sale la expresión frunce el ceño, fruncí el ceño, frunció el entrecejo, no puedo evitar una sonrisa. Y lo he leído con mucha frecuencia en los últimos meses. Para más inri, mientras consultaba Juego de Tronos con el fin de documentarme sobre ciertos momentos de mi último fanfic, El Oso Solitario, al abrir al azar la novela me asaltaron varios fruncimientos de ceño. Alucinante. Mi querida Elora ya ha ido haciendo una buena recopilación de esto y así lo ha recogido en su blog. Creo que voy a tener que releer Jane Eyre, porque estoy segura de que el señor Rochester tiene que fruncir. En nuestro idioma no se estila esto. Acabo de terminar La velocidad de la luz de Javier Cercas y alguien ha fruncido el labio en la página 298, cerca ya del final. Reconozco que yo lo usé en su momento en mi primer fic, de una forma inocente, si bien ahora su aparición viene a ser un guiño entre las amigas fanfiqueras. Pero entre los anglosajones, el uso del fruncimiento es más bien un abuso.

Una vez dicho esto, paso a hablar de los últimos fruncimientos con los que me he encontrado: La sociedad Juliette y tres novelas de la serie Outlander.
La Sociedad Juliette

La autora y su obra
Siguiendo con mi labor socio-literaria, mahn (que luego se mete conmigo porque leo mierdas) me regaló esta novela para que yo le dijera cómo estaba. Lo primero que choca: el apellido de la autora. GREY. Again. Otra vez. Uau. La diosa que llevo dentro se frota las manos al tiempo que mi subconsciente se toma un bote entero de pastillas y se mete en una bañera llena de agua mientras lanza dentro un secador de pelo funcionando. En fin. Me pongo a ello. Vale, Sasha, nos dejas claro que sabes mucho de cine al poner a la prota contándonos en primera persona sus ideas sobre Belle de Jour y otras joyas que todos debemos conocer y ver. No eres una mera exactriz porno capaz de dejar a Rocco Siffredi en mantillas. Pero ya está. Digamos que lo que es de agradecer es que aquí sí se les llama a las cosas por su nombre, sus buenas palabras malsonantes hay cuando se está en lo que se tiene que estar. Aunque, la verdad, todo se limita más a fantasías sexuales narradas por la chica o por la amiga que a hechos en sí. Alguna cosa le hacen, pero es que la historia no tiene tampoco mucho fuste. Una especie de novela de sociedades secretas ancenstrales tipo El Código da Vinci pero con sexo de por medio, con esa Juliette de reminiscencias sádicas. Un sindiós. Ah, y se frunce, mucho, quizá demasiado. Porque no sólo son ceños o labios: se frunce algo peor, algo que suena fatal, una palabra que no debería aparecer en el diccionario y menos en una novela en plan erótico, porque te corta el rollo: el ojete. Sí, como lo leen. A la prota se le frunce el ojete. Y yo partiéndome el ídem cuando lo leía. Huelga decir que está mejor escrito que el Grey, claro. Cualquiera lo hace mejor que E.L. James.

 Forastera

El primero de la serie

Pasemos al otro tema. De momento he leído tres de las siete novelas que se han publicado de la serie Outlander, de Diana Gabaldon (sin tilde, que es extranjera), titulada en español Forastera. Volvemos a mi argumento de "no me gusta que me lo cuenten", es decir, que veo movimiento sobre esto por ciertos círculos en los que me muevo y me digo que por qué no, como siempre. En Historias de Época se abrió en su momento un hilo sobre las novelas, pero yo pasé. Este verano, en el grupo de Facebook del foro empezó a comentarse que iba a hacerse una serie sobre el primer libro y colgaron algunas imágenes del protagonista. Al contrario que con el Grey, que se hizo de rogar, aquí el primero en salir fue el actor que encarnará al héroe de la historia. La heroína ha tardado un poco más y he esperado a que revelaran su nombre para hacer el post. No voy a contar demasiado de la historia, porque ni he leído todos ni tampoco me parece correcto. Aquí hay más molla que en la trilogía heladero-sexual que me lleva de cabeza y que, encima, no me gusta. Es para matarme. Pero hablemos  un poquillo de esta serie de libros.

Antes de nada, decir que aquí también fruncen, no el ceño, pero sí el entrecejo, los labios, la nariz y hasta hay tejidos fruncidos y mascarones de proa ceñudos. He pillado alguna mordida de labio y creo que algún ojo en blanco. Y muchas cejas enarcadas, lo que creo que es el nuevo fruncimiento. También hombros que se encojen, una novedad, aunque en Canción de Hielo y Fuego es un rasgo característico de mi querido Petyr Baelish.

Entrando ya en materia, como toda novela de tono romántico y rosáceo, aquí no podían faltar los highlanders. Ya comenté en el blog que los habitantes de las Tierras Altas son de obligada presencia en cualquier historia calorra que se precie. Va una por esas web de Internet y es un no parar de novelas con portadas ilustradas a base de tiorros pelirrojos o rubios con faldas a cuadros. Fíjense si la densidad es alta que la única novela auténticamente del género que leí en mis años mozos se ambientaba precisamente en Escocia y en la época de los clanes. Las probabilidades de que una historia así cayera en mis adolescentes manos era enorme, como así fue. Otro de los ingredientes que veo que se repite en este género es el de los viajes en el tiempo. Una famosa colección de libros sobre el tema en cuestión mezclado con el de los kilts es la serie Highlander de Karen Marie Moning, de la cual tengo un libro titulado Fiebre Oscura, una de esas compras equívocas de mahn que me tocó leer, pero que dejé a medio cuando supe que era parte de toda una saga. En este enlace pueden ver las novelas de escoceses de esta señora. Ojo con las portadas y con los argumentos. Precisamente el argumento de Forastera me resultó familiar: alguien de una época que viaja accidentalmente a otra y se monta el lío amoroso. Podría decirse que empieza así, que la primera novela tiene bastante de eso, pero luego va mezclándose con aventura e intriga política. Los personajes son muchos, pero voy a centrarme en cuatro.

Claire Beauchamp Randall Fraser, la que nos saca de quicio
Excelente ilustración de Alex Oliver
Caitriona Balfe será Claire
Claire, nuestra protagonista, nos cuenta en primera persona su historia. Es mona, de ojos verdes y con un pelo indomable, oh my God. Reivindico desde aquí a las heroínas de pelo liso de una puñetera vez, que siempre se nos ponen con melenas leoninas y salvajes. Pues no. Pero no nos apartemos del tema. Esta joven enfermera de los años cuarenta, casada con un historiador obsesionado por el conflicto que llevará a la desaparición de los clanes de las Tierras Altas, se trasladará mágicamente al siglo XVIII gracias a un misterioso círculo de piedras conocido como Craigh na Dun. Al principio no lo creerá, pero pronto se da cuenta de que no está en mitad del rodaje de una película de época. Apenas aterriza, la intentará violar nada más y nada menos que el antepasado de su marido, un famoso militar inglés, pero será salvada por unos escoceses y tendrá que convivir con ellos si quiere conservar la vida. Lo primero que le encargan es curar a un herido del clan, un chaval cinco años menor que ella, pero grandote, pelirrojo y estupendo. Poco a poco, la chica se adapta bastante bien a la vida de hace doscientos años. Al fin y al cabo no es una mujer del siglo XXI como yo, es decir, no conoce internet, ni el móvil, ni nada de eso, pero sí echará de menos la higiene, el agua caliente y, sobre todo, los medicamentos modernos. Porque, claro, ella será muy útil allá como curandera gracias a sus conocimientos sobre las propiedades curativas de las plantas. Vamos, que si me traslado yo al pasado con mi licenciatura en Historia del Arte, me ponen a fregar platos, porque para otra cosa no serviría. A pesar de que es la protagonista, a todas las lectoras nos dan ganas de ahogar a esta tipa conforme avanzamos en las novelas, en serio. ¿Que por qué? Porque siempre se está metiendo en follones y arrastra en ellos al chico buenote, que sufrirá lo indecible por su culpa. Conozcámoslo un poco mejor.


James "Jamie" Alexander Malcolm Mackenzie Fraser, el highlander perfecto
Jamie Fraser (Ilustración: captivated2)
Cómo me imagino yo a Jamie Fraser (como Derek Theler, sobre todo por los ojos)

Sam Heughan ha sido el elegido. No está mal y es escocés.
El muchacho al que Claire cura resulta ser un tipo de veintidós años muy monoso, aguerrido, lleno de cicatrices hasta el paladar y con mucho misterio. Es educado, sabe hablar varios idiomas y se comporta con bastante sentido común. Sus ojos son rasgados, su mandíbula cuadrada y su cuerpo de escándalo. Por esos avatares extraños de las novelas románticas, se tienen que casar de un día para otro sin apenas conocerse y ahí empieza el lío, claro. Un lío bastante potable, todo hay que decirlo. Entre calorreo y calorreo, y como hemos apuntado más arriba, la muchacha tiene la manía de ser una respondona y, sobre todo, es experta en meterse en todo tipo de follones que arrastrarán al querido protagonista masculino, que supera en paciencia al Santo Job, porque la de veces que tiene que salvarle el pellejo a Claire es incontable. Y ojo, aquí es donde la novela se aleja de lo rosáceo. Pasan cosas que una no imaginaría en un libro de este tipo. No digo más por no fastidiar la historia a quien quiera leerla. Lo mejor de Jamie son las palabras y expresiones en gaélico, que tan exóticas suenan. La más repetida es sassenach, junto con la incorrecta mo duinne, sustituida después por mo nighean donn. Sassenach es el término despectivo que usan los escoceses para referirse a los ingleses, pero él se lo dice a Claire de forma cariñosa. Ooooooooig. Y las cosas tan absolutamente perjudiciales para nuestros ovarios que le suelta a la prota abundan bastante también por ahí. Si son sensibles, señoras, les recomiendo tener el desfibrilador ovárico cerca mientras leen.

Frank Randall/Jack Randall, el marido y su antepasado
Robb James-Collier era Frank/Jack en mi imaginación
Tobias Menzies encarnará a los Randall
El tercero (o terceros) en discordia es (o son) Randall. Me explico. Ya hemos dicho que Claire está casada en el siglo XX con Frank Randall, historiador. Cuando viaja al pasado, su vida y la de Jamie Fraser se cruzan con la del antepasado de Frank, Jack, que es clavado a su descendiente en el físico. Este hombre de armas resulta ser un tipo retorcido, malo malísimo y bastante obsesionado con destruir a Jamie. Les va a amargar la existencia bastante, no les digo más. El problema está en que si muere antes de casarse y tener descendencia, Frank nunca nacerá y eso es algo que Claire no quiere que ocurra. Pero es que es un villano de cuidado y deseas su muerte. En cuanto a Frank, no es mala persona, pero ocurrirá algo en la historia que le hará cambiar sus sentimientos hacia Claire. Y es que los viajes en el tiempo son moviditos.

Lord John Grey, el que no podía faltar
Un Jude Law en sus años más mozos sería ideal para este personaje
Sí, y digo el que no podía faltar porque, claro está, un Grey tenía que aparecer para no perder la costumbre. Y frunce el ceño, por supuesto. Este personaje es secundario, pero tiene su propia serie de novelas, seguramente porque termina por caernos bien y Diana sabe sacar provecho de ello. Al principio lo vemos de adolescente y luego reaparecerá ya adulto. Su relación con Jamie Fraser será muy importante en esos años. Como me quedan cuatro novelas más que leer, no sé si lo veremos por alguna de ellas. Les iré contando.

Y hasta aquí el nuevo rollete greyano-fruncidor-calorro-highlander. Hasta el próximo.


domingo, 8 de septiembre de 2013

Momentazo con un guapísimo George Peppard

Con él llegó el escándalo es una de esas películas que no me importa ver una y otra vez. Una maravilla irrepetible con un reparto de lujo. Momentazos tiene muchos, pero éste es sin duda mi preferido. George le dice a la chica que, si se queda esa noche en la habitación, no será para velar su sueño. Y ella responde que se quede. Tonta que es la zagala.



martes, 3 de septiembre de 2013

El pasado de Christian Grey

Querida E.L. James: dicen por ahí que tú eres una de las que no querían a Matt Bomer por ser abiertamente gay. Pues te dejo una prueba de que quien formó en esto de fruncir a Grey no fue esa señora que tú pones en tus novelas, sino el gran Stuart Alan Jones. ¿Cómo se te queda el cuerpo? A mí mejor que con tus libros mierdescos. Échale un ojo a esta serie, anda. Esto sí que es morbo del bueno.

Grey a punto de catar helado de yogur griego
Grey el hetero y entero

Toma, en movimiento y todo


Exámenes de septiembre: las primeras perlas del curso

La cosecha de disparates comienza con las pruebas extraordinarias de septiembre. He aquí algunas muestras:

Pregunta: Defina "ola".
Respuesta: Son olas gigantescas.

Pregunta: ¿Qué es una falla?
Respuesta: Cuando se chocan las placas tectónicas, se produce un pliege (sic) que es la falla.

Pregunta: Explica los cambios que se produjeron durante el proceso de hominización.
Respuesta: Los moros pasaban a ser cristianos.

Pregunta: Clasifica los siguientes mapas (se le da una foto de uno físico, otro político y otro temático)
Respuesta: Físico, químico, mundi.

Y así todo el rato, queridos amigos. Reconozco que soy muy fan de la tercera respuesta aquí dada.

lunes, 2 de septiembre de 2013

El bombazo: ya sabemos quién fruncirá en el cine

Antes de nada, estoy a esto de hacer una nueva etiqueta llamada El Grey. Si Elora tuvo la idea de poner una con el sugerente nombre de El arte de fruncir, creo que yo debo hacer algo por el estilo. Y es que, antes que este post, tenía otro en mente en el que de nuevo saldría el señor Grey, que Dios lo confunda. Pero la actualidad manda y hoy hay que hablar, por fin, de quiénes han sido los elegidos para encarnar a los protagonistas en la gran pantalla. De nuevo tengo que referirme a las casualidades que envuelven mi relación con este macho que no hace el amor, sino que "folla duro". Pero no adelantemos acontecimientos.

No son ellos, no se hagan ilusiones
Vamos a darle un poquillo de misterio a la cosa, pero poco, que a esta alturas, hasta mi madre sabrá los actores escogidos para desempeñar los papeles protagonistas. Los de la foto de arriba, Alexis Bledel y Matt Bomer, eran los mejores candidatos para ello. Empezó después a hablarse de Emilia Clarke, Daenerys de Juego de Tronos, y menos mal que no será ella, porque no le pega para nada. Entonces se comentaba que se prefería la elección de actores desconocidos. Para ella salían chicas que he de reconocer que no sé quiénes eran. Entre las posibles Anastasias sonó el nombre de Dakota Johnson, a la que sí conocía porque sabía que es hija de Don Johnson y Melanie Griffith, pero no la he visto actuar en mi vida. Vista en fotos, no pega mucho, a no ser que le dejen el pelo oscuro, porque de rubia parece una señora de esas que E.L. James llama "viejas", es decir, un tía de mi quinta. De todas formas, la chica es mona, ha sacado bastante parecido al padre, cosa que es de agradecer. El caso es que la noticia ha saltado esta tarde y aquí tenemos a la pava de Anastasia Steele.

En qué me he visto de encontrara con el pelo castaño

Ahora viene el trueno gordo. Como en los buenos castillos de fuegos artificiales, se ha dejado caer para el final. Mientras estaba tan tranquila en yoga, Twitter y Facebook ardían por la noticia: fumata con aroma a helado de cocido, habemus Grey. Para mí, Grey siempre será Matt Bomer, me da igual a quien han elegido finalmente y de esto trata este post. Mi querida y ya citada Elora escribió un post sobre los candidatos y había mucho maromaje insulto, petardo, desconocido y hasta feo. Grey es Apolo, ya lo saben, y Matt Bomer está ahí ahí de ser un dios griego (eso sólo lo alcanza Henry Cavill). Digamos que este actor es un Adonis y el papel le iba como anillo al dedo. Se dice, se cuenta, se rumorea, que no era elegido porque, agárrense al asiento, es gay en la vida real. Para mear y no echar gota. ¿Es que todos los papeles de homosexual que se han interpretado en el cine los hizo un actor gay? Ah, no, para eso están los grandes reconocimientos y los premios, como el de Tom Hanks por hacer de gay enfermo de SIDA en Philadelphia. La tontá del siglo, pero ya sabemos de qué van los Oscars.

Ahora viene la parte graciosa: el elegido ha sido Charlie Hunnam. Sí, sí, han leído bien: Charlie Hunnam. ¿Cómo? ¿Que no saben quién eeeeeeees? ¡Imposible! Aquí está la casualidad a la que me refería al principio, porque el nombre de este actor salió en el primer post que escribí sobre la trilogía, cuando comparaba a Grey con Stuart Alan Jones. ¿No lo recuerdan? Sí, el niñato al que Stuart desvirgaba en el primer capítulo de Queer as Folk. Venga, pongo foto para refrescarles la memoria.

Nathan Maloney, un bollycao para Stuart
¿No es algo paradójico? Charlie Hunnam se dio a conocer por hacer de gay siendo heterosexual, como el resto del reparto, y a Bomer lo rechazan porque siendo gay no puede interpretar a un devorador de mujeres. Pero vamos a ver, ¿no es actor? ¿Acaso no nos prendaba Rock Hudson en sus películas con Doris Day, donde solía hacer de conquistador y mujeriego? Es que es para alucinar. 

Bueno, fruncir ceño sabe y eso es esencial


Pero cambiemos de tercio y hablemos de lo que me parece la elección. Sinceramente, para que hubieran puesto a Ian Somerhalder, a Chris Evans o a Ryan Goslin, pues prefiero a éste. No es el tipo de guapo que requiere el personaje, quizás mantiene un aire aniñado y tendrán que tintarle el pelo, pero me parece más razonablemente guaperas para ser Grey que los otros. Me resulta hasta entrañable ver cómo el tierno adolescente de quince años que Stuart se pasa por la piedra haya llegado a ser un machote dominante. Qué cosas. Por otra parte, nadie le va a negar a Charlie tener valor para hacer cierto tipo de escenas. Con apenas diecinueve años lo vimos practicando sexo de una forma bastante explícita con mi Aidan Gillen y, por lo que me cuentan, en Sons of Anarchy no tiene problemas para mostrarse como su madre lo trajo al mundo. Esperemos que esta decisión no empañe su carrera.