Vulgaridad II

Tengo un compañero de trabajo que no colecciona gazapos de exámenes, sino burradas que los alumnos le dicen en clase. Pero no burradas académicas relacionadas con su asignatura, sino auténticas vulgaridades, comparaciones soeces, etc., y la colección de marras es un auténtico disparate. Lo peor es que la mayoría de ellas provienen de la boca de alumnas. Bueno, siempre les quedará un hueco en Gran Hermano u Operación triunfo.