Acabo de llegar a casa y por los pelos no me he desmayado por el camino. Tras una noche en la que sólo he dormido cuatro horas, hacer un desastroso oral de inglés, despedir a mahn que se ha ido a Madrid y recopilar información sobre un curso para ver si apruebo el nivel avanzado, llegaba a la parada del autobús cuando éste se iba. He salido corriendo hasta la siguiente parada y, por el camino, me he dejado el corazón, el estómago (con todo su contenido) y las piernas. Qué angustia. Y no crean que esto es cosa de ahora: nunca he tenido resistencia, porque tampoco la he trabajado. Estoy deseando empezar la natación, a ver si mejoro la forma.
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3 comentarios:
Esta mañana me ha pasado lo mismo pero sin el detalle de la angustia. Iba hacia la parada y he visto venir el autobús. Entonces me he parado a decidir si esperaba otro o corría hacia la siguiente parada. Finalmente he salido disparada y he conseguido alcanzarlo. Qué gran sensación... ¡mejor que una medalla olímpica es alcanzar el autobús que estabas a punto de perder! jaja
Nosotras tenemos ya años de experiencia en coger autobuses, un consejo, no te caigas en la puerta del autobús, queda muy mal y duele...
Yo a estas alturas si el autobús va a un sitio que esté a menos de 25 kms ya voy yo corriendo ;-)
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