Hace dos veranos, mahn y yo nos enganchamos a Fringe, una serie que se decía heredera de Expediente X, pero que para mí ha sido mejor. Sin quitar mérito a la otra, Fringe ha llevado muy bien toda la trama pseudocientífica y nos ha ofrecido cosas tan interesantes como universos alternativos, viajes en el tiempo, intrusiones en la psique... Pero, sin duda, son los tres protagonistas los que nos han conquistado, sobre todo Walter Bishop, el científico brillante, excéntrico, despistado y amante del regaliz. Su hijo, Peter Bishop, es el ancla que de alguna forma lo mantiene unido a este mundo. Y Olivia Durham, la agente del FBI, la mujer fuerte que no es la mera cuota femenina de la serie. Junto a ellos, Nina Sharp, William Bell, Astrid, Broyles y la vaca Gene quedarán en nuestra memoria. Después de Lost, no había disfrutado tanto de un final de serie. No sé si volverá a hacerse una serie así. Ojalá.
domingo, 20 de enero de 2013
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