Dios bendito, qué porquería de novela sin fuste. No entiendo cómo alguien puede pensar en publicar una chorrada semejante. Bueno, peor soy yo, que me la he leído. Penitencia de Semana Santa...
Lo gracioso es que el tío que ha perpetrado este libro dice en los agradecimientos que los lectores no van a revelar el final, que es lo interesante. ¡Por favor! Si fuera algo así como El sexto sentido o El golpe pues no te digo yo que no, pero, para que se enteren, el perverso plan de Hitler es una versión de Mein Kampf escrita quince años después por él mismo y titulada Euer Kampf (Vuestra lucha), una nueva guía espiritual del nazismo. Vamos, un pedazo de secreto que, uy, si se desvela nos fastidia la novela.
Siempre que leo bodriazos como este, me acuerdo de un libro que nadie conoce y que le da mil vueltas a El código Da Vinci y otras obras de este tipo: se trata de La conjura sixtina. En este caso sí que te fastidian todo si te cuentan el final y, además, la investigación tiene mucha intriga. También tiene mucho protagonismo la figura de Miguel Ángel, y no como en El código..., que podría haberse llamado El código Pepe y no hubiera pasado nada. Por otra parte, el protagonista se llama Joseph Jellinek y tiene el mismo cargo que por esas fechas ostentaba el actual papa, Joseph Ratzinger, ¿coincidencia? Supongo que no, pero ya podrían aprender algunos.
¿Para cuándo esa novela que, como Jane Eyre, me reconcilie con la lectura?
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