Antes de ir al cine a desperdiciar dinero en el bodrio de la entrada anterior, me terminé otra novela: El silencio del miedo, una historia de investigación forense con título que suena a telefilme de sobremesa en Antena 3. Que conste que leo estas cosas porque no me las compro, sino que se las regalan a mahn. Después de este libro toca empezar otro y es lo difícil. Hay un montón a mi disposición y ninguno me llama la atención. Le digo a mahn que me dé razones para leer a su querido Vila-Matas, pero no llega a vendérmelo bien. Al final cojo La trilogía de Nueva York de Paul Auster. A ver qué tal.
Reconozco que me va a costar trabajo encontrar una novela que me guste tanto como Jane Eyre. Cuando leí Orgullo y prejuicio me pasó igual, pero la de Brontë la supera con creces. A mi hermana la he enganchado a este libro como hice con la obra de Jane Austen. Es para volverse loca. El viernes, en el cine, hasta que empezó En el punto de mira, estuvimos analizando pormenorizadamente la novela y la serie de la BBC. Como dice mi profesora de inglés "Rochester is every girl's dream". Y si es Toby Stephens, pues no te digo nada... De manicomio, de verdad.
Ahora estoy a la espera de que mi hermana oiga el musical y la cosa será completa. Yo lo he escuchado hasta la saciedad y no me canso.
Mientras tanto, no pierdo la esperanza de encontrar otra novela que me lleve al cielo.
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