Pues sí. Lo soy. Porque otra vez me ha pillado ese sinvergüenza que se hace llamar director y otras muchas cosas relacionadas con hacer películas.
Tras ese cuento chino mandarino y pretencioso llamado
La joven del agua (o
La pescaílla), juré y perjuré que no veía otro truño en el que hubiera participado este señor, aunque sólo fuera dándole a la claqueta. Pues bien, otra vez nos ha hecho ir a ver el último acto de onanismo mental que ha perpetrado. El tráiler prometía (como siempre), pero luego nada de nada. Cada vez estoy más convencida de que
El sexto sentido, sin ser una obra maestra, se la hicieron o la robó a otra persona. Es que ha ido para atrás.
Recuerdo lo cabreada que salí de
El protegido, y ahora la valoro cada vez que veo un atentado de este terrorista del cine. Otra de sus grandes deposiciones es ese desperdicio llamado
Señales. Sí, señales de que iba de mal en peor y no nos dimos cuenta a tiempo. Después vino la única que no he visto,
El bosque y, ¡oh casualidad!, llego a casa y la están poniendo en ONO. Me pongo a verla y, para empezar, la ciega no hace bien de ciega. Pero parece que tiene su intriga, aunque luego la historia no tenga fuste (sé de lo que va).
Bueno, tras la de la sirena o lo que fuere, nos tortura con una chorrada que es mala, no sólo por la historia, sino por la factura de principiante. En cuanto a los actores, con decir que Mark Wahlberg es el que mejor lo hace, ya se pueden imaginar. Pero es que el guión es una basura absoluta. Lo que más me preocupa es que en la primera escena ya he deducido qué causaba los suicidios, lo que elimina el efecto de "giro inesperado". Y me preocupa porque tengo la misma mente plana que este tío. Qué horror. Lo mejor: que el caradura que se autodenomina director y guionista de la película (o lo que sea esto) no hace uno de sus cameos. Gracias a Dios.
Y ahora les desvelo el final: ella se queda embarazada, de lo que se deduce que él ha madurado. Qué ñoñada.