viernes, 8 de agosto de 2008

Discreción

Hora: 2:20 a.m. Lugar: mi calle. Los hechos: mahn está de cena y yo no cojo el sueño. Estoy en la sala de estar, viendo de todo un poco menos el porno del canal 18, con mi aire acondicionado tan ricamente. Hace unos minutos he oído un coche al ralentí y he pensado que sería un taxi que traía a mahn. Me asomo y no, es alguien que ha parado por algo. Cierro de nuevo mis estupendas ventanas superaislantes y sigo a lo mío. Pienso en irme a la cama, que ya está bien, y leer allí un ratillo. En mi habitación no hay aire acondicionado, así que abro la ventana y el motor del coche (que parece un Concorde) sigue allí. Me asomo y puedo observar con claridad desde mi tercer piso que el piloto del vehículo se está preparando una raya de coca, con la luz de dentro encendida y el motor metiendo ruido. Veo que la prepara sobre un parte amistoso, que es azul oscuro y permite ver bien lo que cortas. Pero hete aquí que, llegado el momento cumbre de esnifar el polvillo, el tío apaga la luz de dentro, como si quisiera hacer más íntimo el acto, pero por sus movimientos se percibe lo que se lleva entre manos. A todo esto, el motor ruidoso sigue en marcha, jodiendo a todo el que intente dormir con las ventanas abiertas.

No contento con la rayita, después se enciende un porro. Y lo sé porque se le prende bastante la punta. Se lo fuma con su acompañante y, voilà, ya se pueden ir tranquilamente.

Discreción total. No se ha enterado nadie, nada más que yo y todos los que estaban en la terraza del bar cercano, más alguno que se haya levantado a ver qué narices era el motor ese que sonaba como el del un trailer.

3 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

"viendo de todo un poco menos el porno del canal 18, con mi aire acondicionado tan ricamente"

explicatio non petita... ;-)

De lo otro en mi calle alguna vez tb ha pasado... y CASUALMENTE ahora que lo dices tb con el motor al ralentí, que tb te asomas pq al cabo de un buen rato resulta curioso seguir oyendo el motor, y curioso como es uno no puedes resistir la tentación de comprobar si sucede algo anormal.

Pero no, por lo visto esto ya es de lo más normal... oh tempora, oh mores...

Athena dijo...

Explicatio non petita... pero real. Ya sabe que en el Maratón me quedo durmiendo cuando llega la sesión porno. Qué malo es usted...

Antonio Rentero dijo...

A ver si este año logramos acabar con esa tradición... aunque me puse el listón alto, espero mantener el nivel con lo que os tengo preparado...