viernes, 6 de noviembre de 2009

Si Freud me psicoanalizara...

Suelo tener varios tipos de sueños recurrentes. Hoy voy a hablar de dos de ellos. En el primero, siempre llego tarde a un sitio. Bueno, más que llegar, la cosa es que hay algo que me lo impide: un autobús que viene tarde, me pierdo por el camino... Vamos, que no me presento en el sitio nunca. En el otro tipo de sueño vuelvo a ser estudiante. Aquí hay variantes, porque lo mismo me veo en la universidad que en el instituto o incluso compartiendo mesa con mis propios alumnos. En estos sueños nunca tengo los ejercicios hechos, o me preguntan cosas que no sé... un agobio, vamos.

Esta noche se me ha mezclado todo en un refrito disparatado. El lugar era una especie de híbrido entre el instituto en el que trabajo, los pasillos de la Facultad de Letras y el colegio en el que estudié. Tocaba el timbre y yo tenía que ir a clase de Lengua con el profesor que me dio en C.O.U., uno de esos hombres un poco chapados a la antigua, de los que leía los exámenes en voz alta, riéndose de las burradas de cada uno y al que había que contestar "Presente" cuando pasaba lista. Imagínense el agobio que he pillado, porque no encontraba el aula y me daba pánico llegar tarde. Lo peor era que, si no entraba, no veía manera de justificar la falta. Allá que voy y busco, lógicamente (léase con ironía), el Departamento de Historia del Arte y le pregunto a Lola, la de la oficina de mi instituto (la pobre también se ha visto metida en mi sueño) que dónde están los horarios de los profesores y los de las aulas, porque me he perdido. Me dice que junto a la vitrina que hay al lado de la puerta del Departamento, una vitrina que contiene, agárrense, figuritas de porcelana. El desquicie es total cuando veo que allí no están los horarios y ya me veo perdiéndome la clase de Lengua. En ese momento creo que he cambiado de sueño, pero luego se lo he contado en otro sueño a una amiga del instituto y nos hemos reído juntas, tanto que me he despertado riendo. Eso ha sido lo mejor de todo.

Perdón por el rollo, pero tenía que contarlo.

7 comentarios:

Nictea dijo...

Gracias por esta onírica entrada. Acabo de contarle a un amigo la última pesadilla que tuve, la de la ceguera. Es divertidísimo todo lo referente a los sueños, vamos, yo me río muchísimo cuando recuerdo los míos. Esta noche he soñado que una compañera de clase, con la que apenas he hablado, tocaba la gaita; y luego he soñado con Garcilaso de la Vega :)

Athena dijo...

Temas muy presentes en su vida, sin duda :)

¿No se ha preguntado nunca si esa gente con la que sueña, así sin ton ni son, también habrá soñado con usted?

Wunderkammer dijo...

Pocas veces me he despertado riendo pero el caso es que también me ha sucedido alguna vez y se queda uno con una sensación muy agradable.

Yo también he tenido muchas veces el sueño de estar ante un examen que no te sabes o estar sufriendo por no llevar los deberes hechos. Puede que ello denote nuestros miedos a no estar a la altura (vamos, digo yo, que yo no soy Freud).

Luego no sé si le pasará que esos escenarios oníricos se vuelven a repetir otros días en otros sueños... yo podría describir muchos de ellos. Son como mundos paralelos... algo muy curioso.

Tigretón dijo...

Conoceréis este sueño mío, relacionado con los exámenes y la Vicepresidenta del Gobierno (también podía haber sido Monica Bellucci o María Sharapova)

http://mibancalico.blogspot.com/2007/06/qu-sueo-tan-raro.html

Tengo otros sueños con exámenes, aparte del mencionado. A veces son sueños con los exámenes de carrera, y me despierto pensando: "Pero que co..., si yo ya soy licenciado". Y también sueño con los de mi oposición, y me despierto: "Pero que co..., si estoy trabajando". Mi padre a sus setenta y tantos años dice que sueña a veces con sus exámenes de oposiciones.

Consulto el tema, he querido saber qué significan esos sueños.
He leído que soñar con exámenes es frecuente en fechas próximas a momentos difíciles o situaciones importantes, pruebas que afrontar, y hay quien dice exactamente lo que afirma Wunderk (lo has clavado), es el miedo al posible fracaso, a no quedar bien en esas circunstancias.

Por otro lado, hay quien interpreta también que, desde el punto de vista psicoanalítico, se trata a la vez de un reproche: "Tienes ya X años, pero sigues haciendo niñerías, como cuando eras joven" (?¿?), pero también es algo alentador -como un mecanismo defensivo frente a esa situación difícil ahora cercana-, como si dijeras: "¿Recuerdas el examen de Derecho Civil de 5º de carrera? ¿Recuerdas el temor que tenías? Y no pasó nada: Aprobaste, hoy eres licenciado, y tienes un puesto de trabajo."

Dammerüng dijo...

Me encantan las entradas de sueño. Yo se lo que es sufrir noches de sueños tremendamente extraños. Recuerdo que una mañana le contaba a Nictea que en un sueños me había presentado tres veces a un examen de inglés y las tres veces no lo había podido hacer. Esto era porque había llevar en uno vaqueros y en otro un traje de flamenca, y claro, yo no los llevaba.

Y así tengo yo para escribir un libro. Tengo algunos muy divertidos y Nictea también, doy fe, todas las mañanas me los contaba :)

Nictea dijo...

A veces sí que me lo pregunto, pero normalmente la gente no cuenta sus sueños así como así, por eso se extrañan cada vez que yo lo hago jaja No sé, igual los suyos no se pueden confesar, pero yo a los míos los veo bastante inofensivos.

Dammerüng, aún recuerdo ese sueño del que hablas y alguno más, cómo echod e menos las conversaciones de camino o de vuelta del instituto ;)

sushi de anguila dijo...

Los sueños de los exámenes, y de no tener que ir a trabajar cuando sí, y viceversa... más que recurrentes en mi caso...

¡Cuánto trabajo tendría con todf@s nosotr@s la preciosa Ingrid Bergman de 'Recuerda'!