miércoles, 15 de enero de 2014

Lo que nunca acaba

Como la limpieza de una casa... Lo que nunca acaba
Hace dos noches estaba por Twitter comentando con Lo mi último descubrimiento, Reign, y salió el tema de los culebrones a propósito del actor que interpreta a Tomás de Portugal. Ella lo conocía de uno y ya nos liamos y terminamos hablando de Cristal, de lo cutres que eran estas producciones y cómo su éxito era mayor cuanto mayor era también la casposidad. Empezaron a venirme a la cabeza series de este tipo y me di cuenta de que, si bien no he visto demasiadas, sí que las suficientes para escribir un post. Abandoné el mundo culebronero hace años, por malo, repetitivo, falta de tiempo y supongo que por buen criterio y gusto, pero reconozco que pueden enganchar sean como sean, aunque las series venezolanas de cierta época tienen un mérito enorme al no contar con tiorros tales como los de Pasión de Gavilanes, que llevaban locas a las adolescentes y no tan adolescentes. Además, habría que establecer una diferencia entre las producciones mexicanas y brasileiras de época, bastante dignas, y las venezolanas que intentaban recrear el serial norteamericano tipo "amor y lujo". Ya lo decía el sabio Profesor Cojonciano en El Jueves: los líos de quítame allá estos pozos petrolíferos o aquellos viñedos no eran nada comparado con (y cito de memoria) esas amigas pécoras, esos curas calentorros y esos galanes machistas. En fin, vamos allá. Aviso que esto se va a llenar de imágenes que pueden herir su sensibilidad después de haber contemplado a los actores de The Tudors o The White Queen. Y no digamos ya Sam Heughan.

Los ricos también lloran
Mariana y Luis Alberto
Beto, el niño perdido y hallado, luciendo pelos
Mi primera noción de culebrón venido de México fue la mítica Los ricos también lloran, con esa Mariana, ese Luis Alberto y ese cartón piedra maravilloso. Recuerdo a una vieja que le hacía la vida imposible a la heroína y luego se vuelve buena, y también a Beto, el hijo perdido de Mariana, que terminará enamorándose de la hija adoptiva de sus padres, una petarda llamada María Isabel. Y qué looks, por Delia Fiallo, qué looks. Pero las intros se llevaban la palma y ahí tenemos a Verónica Castro, madre del inefable Christian Castro, interpretando el tema principal de la serie. Esos elencos protagónicos llenos de actores, actrices, actuaciones especiales y estrellas invitadas. No tenían final.



El bombazo que supuso este culebrón fue enorme. A nivel internacional, Verónica Castro se convirtió en un ídolo de masas en lugares tan alejados como Rusia. Lo malo es que en España lo ponían por las mañanas y sólo pude verlo en verano y creo que la cosa llegó hasta las vacaciones navideñas. Qué manera de levantarse a las 9 para ver este disparate.

Lo imperdonable
Nuestra Amparo Rivelles como Alejandra/Andrea
Así debería llamarse este post, porque es para no perdonarme, por Dios. Esta telenovela es de 1975, pero la emitieron en España en los ochenta (no sé si sería una reemisión). Recordaba de este culebrón los títulos de crédito con el tren, fundamental en la trama. Por un accidente en uno de ellos, Alejandra pierde la memoria y es dada por muerta por su familia, que cree que se escapaba con su amante. Ya tenemos el lío montado. Leo en Wikipedia que el argumento era de Caridad Bravo Adams, la misma de Corazón Salvaje.



Cuna de lobos
Ese parche falso y maloso
Este culebrón mexicano no fue de los que siguiera, pero de algo de la trama me enteraba mientras fregaba los platos por las manañas en vacaciones. Recuerdo que la tía del parche era lo peor, una especie de Angela Channing que iba de buena pero era más mala que el baladre. Mucha mentira, engaño y secreto. La intro tampoco tenía desperdicio.

 

Caballo Viejo
Ciencia ficción de la buena
Si la memoria no me falla, a pesar de ser posterior a Cristal, creo que esta telenovela colombiana se emitió antes en televisión. La historia era increíble: una jovencita guapa y estupenda se enamora de su tío, que es viejo y, además, rancio como puede apreciarse en la foto. Si el señor fuera un Paul Newman de la vida, ya podía tener cien años que hasta lo entiendo, pero no es el caso.     

 

Dona Beija
La primera gran excepción entre tanto despropósito, una historia en donde la protagonista no es una santa virginal, sino todo lo contrario. Sufre abusos, es abandonada por su prometido, Antonio Sampaio, y decide vengarse de todos los hombres haciendo uso de su irresistible belleza. Las pasiones se desatarán y el drama estará servido en bandeja de plata. En esta serie no se cortaban a la hora de poner escenas subidas de tono, por lo que quizás su hora de emisión, la sobremesa, no era la más adecuada. Maite Proença era la protagonista de esta historia basada en un personaje real. No he visto mujer con un pecho tan bien puesto como el suyo. Aún recuerdo la escena en la que se pasea por el pueblo a lo Lady Godiva.




Con Antonio, el amor de su vida
Con Joao, con el que se casará. Éste es el que me gustaba a mí

 Cristal
Se me han cuarteado las retinas al ver esto
Corría el verano de 1989 y yo aprendía a escribir a máquina en una academia. Acostumbrada como estaba a llegar y ver los créditos de Dona Beija los días que me tocaba clase, cuál no sería mi sorpresa cuando, acabado tal novelón brasileño, me veo a un fulano cantando una canción cuyo estribillo era Mi vida eres tú. Era el principio del fin.

Y es que Cristal merecería un post aparte. Es tanto lo que podría decir la LA TELENOVELA, así, con mayúsculas. La veía todo quisque: amas de casa, abuelas, niños, niñas, señores hechos y derechos. El furor que causó este culebrón no tiene precedentes. Recuerdo empezar a oír sobre ella en las clases de Hogar (sí, teníamos optativas llamadas así en BUP) y a mí me parecía un disparate. Hasta que mi madre se enganchó y para qué quieres más. Mis hermanas y yo la veíamos con un sentido crítico, partiéndonos con las pintas y diálogos, pero no nos perdíamos ni un capítulo. De Cristal ha quedado mucho poso en nuestro lenguaje diario. Así, expresiones como "de lo last" (ésta era de Piero), "¡Muy bonito!" (dicho con ironía, igual que Alejandro Ascanio lo dice cuando el padre Ángel le cuenta su affaire de juventud con Victoria, la mujer de aquél), "El ofisio de bombero es mu sacrificao, pero tiene muchas satisfasiones", "¿Podrás aguantar dos ofertas de casorio en un mismo día?" (esto es del comisario Armando Rosales, apodado "el pecho estrecho" en mi casa, cuando le pide matrimonio a Vivian), "Esto no puede suuuuseeeedeeeer" (con voz temblorosa lo dice Cristina cuando está a punto de caer bajo los encantos de Luis Alfredo) y la mejor: "¿Se besaron?" (la madre de Adán, el fotógrafo, interrogando al hijo cuando vuelve de una cita con Cristina, la protagonista).

La serie era un sinfín de casposidad, peinados grotescos, maquillaje infame y vestuario para salir corriendo y no parar, pero la gente moría por ella. El nombre de Cristina se hizo más popular y hasta alguna Cristal apareció en el registro civil. Personajes como Luis Alfredo, Inocencia, Zoraida (y su "espectacular" transformación de patito feo a patito feo con moldeadora y raya en el ojo), doña Chona, la gran Marion y Gonzalo, su amante (un tío horrible), la mamá de Luis Alfredo, la madre del padre Ángel, la Beba Ascanio, Darío... Y Piero, el diseñador mariquita de Casa Victoria, la nota queer y tópica del mundo del "modelahe". Lo peor, si es que es posible que haya algo peor, de esta serie era que sus protagonistas eran lo más perullo que pisaba la Tierra. Jeanette Rodríguez era una carapán y Carlos Mata el galán más chuchurrío que he visto en mi vida. Pues todo el mundo loco con ellos. No voy a torturarlos con fotos de los actores porque no quiero perder más lectores ya. 

Los títulos de crédito eran impagables y yo aún recuerdo las letras de las canciones y la coreografía de Volvamos a vivir, ambas interpretadas por el ínclito Rudy la Scala. 


No puedo ni con mi vida ni con esa bufanda blanca

Topacio

Topacio y Jorge Luis



 Carlos Mata dándolo todo

La incombustible Delia Fiallo, responsable de Cristal, contraatacaba de nuevo con este culebrón de tomo y lomo. La protagonista, hija del rico hacendado Sandoval, es dada por muerta al nacer y en su lugar colocan en el lecho de la madre al hijo de un jornalero que ha quedado huérfano. Pero la niña no estaba muerta, y sino que sufre algo en el momento del parto y se queda ciega. Criada en plan salvaje, se ocupa de ella Fermín, un médico que tiene la cara desfigurada por las quemaduras sufridas al salvar a la niña de un incendio y que está enamorado de ella. El falso hijo de Sandoval, Jorge Luis, conocerá a la cieguita y ya tenemos la historia. Un follón que nos tuvo enganchados a las pantallas de Telecinco por mucho tiempo a pesar de ese horror de maquillaje en la cara del quemado (la cicatriz mutaba de unos capítulos a otros), esos pelos largos de Topacio y esa oda al despropósito estético en general. De esta serie también tenemos frases mis hermanas y yo: "Claro, como te casaste con el prinsipal de los Sandovales" (con tonito de envidia) y "Ese matrimonio vaaa".

Corazón salvaje
Juan del Diablo y compañía
Una telenovela mítica y con razón. Estas producciones mexicanas son otra cosa desde el punto de vista estético y hasta argumental. Hasta la intro tenía una canción cantada por el mismísimo Plácido Domingo. 





La historia de Caridad Bravo Adams ha sido versionada varias veces, pero ninguna con tanto éxito como la protagonizada por el malogrado Eduardo Palomo, que desató pasiones entre las féminas con su Juan del Diablo duro, machote y castigador, un señor capaz de soltar perlas como "Una cosa es una mujer con carácter y otra una sorra". Confieso que no la seguí con fidelidad, pero algo veía y tenía su aquél. Yo era muy fan de don Noel que en su juventud interpretó a Juan. Qué voz tenía ese señor. Recientemente hicieron una nueva versión que puso a las fans de Palomo en pie de guerra y con razón. Sólo hay que ver al armario empotrado que escogieron para hacer de Juan. Lo bueno de Eduardo Palomo era que sin ser un tiazo, conquistaba por su manera de hablar y, sobre todo, de mirar. Era un canalla.

Ni Fabio supera esto


La loba herida

El trío protagonista
Menos mal que la foto no sigue hacia abajo


 El Puma y Julio frente a frente

Con esta horterada me despedí del mundo culebronero, que lo mejor que tenía era la canción de la intro. No recuerdo haberla finalizado siquiera. Eran tiempos en los que cosas como ésta y Topacio se emitían en la banda de la noche, justo después del Telecupón si no me falla la memoria. En esta telenovela el prota, Macuto, tenía cierta gracia, era un indio cuadradote y con melenón. Las mozas eran otro cantar: una, Mariela Alcalá, la actriz que dio vida a Inocencia en Cristal, tenía tres culos; la otra, Astrid Carolina Herrera, la típica Miss Mundo venezolana con cara de Michael Jackson, se hacía pasar por hombre para vengarse de no sé quién y se enamoraba de Macuto.

Lo de ser peluda como un hombre lo llevaba de serie
El tema del travestismo dio lugar a más de un equívoco. Macuto, viendo las extrañas tendencias que su amigo de gafas tenía hacia él, acuñó una de las frases que pasó a formar parte de nuestro bagaje de citas célebres culebroneras: "Mira... Yo sé que hay gente a la que le gusta el frito". No me digan que no es maravillosa.


Otras telenovelas: las que no seguí
Las series que vinieron inmediatamente después del exitazo cristalero no me interesaron, ya no tuve las santas ganas de ver otra vez el argumento de Cristal repetido hasta la saciedad: niña pobre que se enamora de niño rico y blablablá. Ahí estarían el intento de repetir el bombazo de Cristal con La Dama de Rosa, con Carlos y Jeanette otra vez, un bodrio de dimensiones catedralicias con una protagonista que cambia de identidad y es más insoportable si cabe; Rubí, protagonizada por la actriz que interpretaba a Inocencia; Kassandra, con el primer calorro de telenovela, Osvaldo Ríos, un perullazo que al menos estaba cuadrado... Tampoco vi más producciones brasileñas o mexicanas, a pesar de la pintaza que tenían, porque crecí y tuve que ponerme a estudiar en serio. Ahí estaban, por ejemplo, Luz María, con Angie Cepeda y el tiazo de Christian Meier, que depués haría de El Zorro en La Espada y la Rosa, o Mundo de Fieras, con Catherine Fulop y Jean Carlo Simancas, Abigail, de nuevo con la Fulop... Exitazos como Café con aroma de mujer, Betty la Fea o Pasión de Gavilanes ya quedaron atrás para mí. No había tiempo para eso, mi cupo de telenovelas se había colmado. Y me dejo las argentinas... ¿Alguna recuerda Cuatro hombres para Eva?
Mientras escribía este post, por Twitter estaban Lo, Lúthien y Esther haciéndome sugerencias sobre mil y un culebrones, además de confesando pecados que me han hecho ponerme a sus pies por ser unas maestras en esto. Les cedo el testigo gustosamente para que comenten todo aquello que vieron y disfrutaron.

Este post está dedicado a las compañeras tuiteras, a mi amiga Fefa, con quien comentaba cada mañana el capítulo de Torpacio (que era como la llamábamos nosotras) camino de la parada del autobús que nos llevaba al instituto, a mi madre y a mis hermanas y primas.

9 comentarios:

Athena dijo...

¡Gracias por leer este post interminable,jajaja!

He buscado lo de "De pura sangre" y estoy ojiplática, ¡vaya tío!

Yo también vivo con mis contradicciones. No va a ser todo Kieslowski XDDD

Athena dijo...

Por supuesto que queda claro XDDDD Entendemos el mundo culebronero igual, como un "guilty pleasure" mierdesco, jajajaja.

Elora dijo...

Bueno, voy a ir por partes.

Lo primero de todo, tengo que inclinarme ante ti por semejante trabajo, este post parecía infinito. Ni la historia interminable se compara con esto.

También tengo que postrarme a sus pies por haber visto tantísimos culebrones. Confieso que en mi tierna y pueril adolescencia (la cuál duró muy poco) vi alguna que otra serie del mismo calibre y me enganché. Porque sí, debo confesar que yo también soy víctima de este tipo de intriga fácil. Por eso procuro no empezar a verlas, para evitar una locura mayor.

Segundo... no he podido reírme más con un post, sobre todo cuando he visto ahí ese hit culebronesco llamado "Topacio". Nunca lo vi, pero siempre hubo comentarios irónicos entre mis amigos y yo con esa serie (lo que quiere decir que ellos sí la habían visto #pecadores).

Lo de Lo, Luthien, Esther y tú con los culebrones es para mear y no echar ni gota. Ver todo Twitter lleno de culebrones ha sido una gozada, pero cuando ya Lo pone ese titulazo de "Café con aroma de café", que tiene grabada la BSO y ese tiazo de Guy Ecker (Guy tenía que llamarse), eso... ESO YA FUE SUBLIME. Nunca podré olvidar ese tweet.

Athena dijo...

Un post dedicado a los culebrones debe ser tan largo como uno de ellos, por supuesto. Muchas gracias por leerlo y comentar.

El culebrón de Lo y su compra de la BSO es una de esas cosas que me hacen quitarme el cráneo. Pero ojo con lo que contó Esther, lo que hizo para poder ver el último capítulo de "Dame chocolate". Confieso que yo estoy tentada de hacer lo mismo para cuando echen el primer y el último capítulo de la cuarta temporada de "Juego de Tronos". El nivel de ida de olla es el mismo, jajaja.

Josito Montez dijo...

Maravilloso, qué recuerdos, qué pelos.

Lúthien dijo...

Menos mal que no has visto demasiadas, porque si no…JAJJAJA Me parto con todo: la cicatriz que muta, las frases para la posteridad XDDDDD

De las que mencionas yo solo vi Pasión de Gavilanes (me compré un sombrero de aquella para salir por ahí de fiesta cual gavilana XDDDD) y Corazón Salvaje <333333 que me trae muchos recuerdos gratos.
Todavía me río con mi madre porque vino un día y me dijo: "Vamos a ver corazón salvaje, que es la mejor." Y yo: "Vale, enséñame a los protas". Me los enseña y: "Quéeee?? Pero cómo vamos a ver eso con esos protas tan feos??? Vaya actor si es un birrias y un callo!!!" y demás protestas. Al primer capítulo, ya estaba enamorada del callo pequeñajo, birrias y feo. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Qué hombre, qué manos y qué voz!!!!!!!! Qué manera de susurrar!!! e.e
Siempre cantábamos la canción a grito pelao, esta, la de Mijares
http://www.youtube.com/watch?v=s9MFfwl4n5A
y hasta la puse en mi boda :) Así que si no la has visto entera, te aconsejo que la veas aunque ya tenga muchos años, merece la pena (y siempre se puede saltar el relleno)
"No sabía que las monjas fueran tan enojonas" ayyyy!!!!

Eh, esto de que se quede ciega en Topacio lo vi en "Esmeralda", de hecho el resumen es prácticamente igual, será una versión?? Ahora que caigo: Topacio y Esmeralda…va a ser que sí XDDDD y por supuesto, al final recuperaba la visión :D Un tópico telenovelero :D

De Cristal se que algo veía porque recuerdo que por lo visto de pequeña decía una frase que era algo así como "No abras, que es Luis Alfredo" xDDDDD Me tendré que aprender la canción por si algún día la cantamos conjuntamente xDDD

Ah, y tb vi Luz María, en la que "Gutavo" además de la memoria (segundo tópico!) perdía la inteligencia…Por cierto que en esta me llevé un susto tremebundo cuando la paralítica decide un día levantarse de la silla ( y el tercero!). No me lo esperaba!!! Lo recuerdo con miedo y todo JAJAJJA

Una que no tienes en la lista y estuvo bastante bien es "Amor Real", con Adela Noriega con su cinturina y sus vestidos ideales y Eduardo Colunga con sus pantalones hasta los sobacos.

Muchas gracias por las risas, un post genial!!!! Disfrute máximo :D

Athena dijo...

¡Gracias por comentar! :)

¡Es verdad, ese temazo era otro hit de "Corazón Salvaje"! Habrá que comprarse la BSO como hizo Lo con "Café con aroma de mujer" e.e

Efectivamente, "Topacio" era una versión de "Esmeralda". Los culebrones y sus remakes, jajaja.

"Amor real" la conozco, sí, pero tampoco la vi. Necesitaríamos varias vidas ;)

Coco! dijo...

Adecuadísimo para mi última confesión. No vi muchas de las que mencionas, pero si he visto lo mío, Café con Aroma de Mujer es una maravilla, la he visto completa en más de una ocasión e incluso llegué a bajarla por si se me había pasado algo... no tengo perdón con ella. Betty la Fea es otra de esas novelas que no podía dejar de ver. En general veía colombianas y brasileñas que son los que mejor historias hacen, en particular porque se alejan de la Cenicienta. Es muy raro que vea alguna, por eso descubrirme pendiente del horario para ver la que te contaba me ha hecho reír y darme cuenta de lo débil que es uno y lo adictivas de algunas historias.

Por cierto que Los ricos también lloran, no es sudamericana, en mexicanísima.

;)

Athena dijo...

Gracias por comentar, Coco! :)

Corregido lo de "Los ricos también lloran" :D