domingo, 6 de diciembre de 2009

Agradecimiento público a un taxista anónimo

El pasado viernes, día de mi cumpleaños, tomé un taxi para ir a la estación de autobuses con el fin de recibir a mahn, que venía de Madrid. Una vez que mahn llegó, tomamos otro para volver a nuestra casa y aquí me di cuenta de que había perdido el monedero. Lo primero que pensé fue en que se me había caído en el taxi anterior, así que llamé a la emisora pero no hubo suerte. Me dijeron que volviera a llamar al día siguiente por la mañana, pero el resultado fue idéntico. También me sugirieron que volviera a telefonear por la tarde, puesto que era probable que los taxistas que habían trabajado el viernes por la tarde también lo hicieran a esa misma hora los sábados. Lo mismo: nada.

Hoy, aprovechando que estaba en Murcia porque bautizaban a mi sobrino, me he acercado a la Comisaría a poner una denuncia. Realmente no llevaba un dineral ni tampoco nada de mucho valor, pero había unas llaves y unas fotos que no quería perder, de forma que el dinero era lo que menos me importaba.

He llegado a mi casa y, estando aquí, recibo una llamada al fijo desde un número privado. A punto he estado de no cogerlo, pero lo he hecho. Me preguntan si soy fulanita de tal y si se me ha perdido un monedero, así que he pensado que sería la policía, aunque yo les había dado mi número de móvil. Era el taxista, pero no el que me llevó, sino el dueño del taxi que, haciendo un registro en el coche, ha encontrado el monedero, que ha estado dos días allí, en un recoveco de la puerta, sin que nadie lo viera. El hombre, un poco avergonzado, me ha dicho que lo ha registrado por si lograba encontrar alguna pista sobre el dueño y ha dado con un resguardo del servicio a domicilio del Mercadona en donde venía mi nombre, número de teléfono y dirección, y se ha venido para mi casa. Me he quedado tan alucinada que no sabía qué decir, de forma que me he ofrecido a pagarle la carrera, a lo que él se ha negado. Como estaba tan sorprendida, no he caído en preguntarle el nombre para poner algún tipo de agradecimiento en la central.

No creo que lea mi blog pero, desde aquí, muchas gracias por la amabilidad y el detalle de venir a mi propia puerta a traerme mi monedero.

4 comentarios:

Nictea dijo...

Bonito regalo de cumpleaños, todo un detalle :)

Dammerüng dijo...

Si, es un buen regalo :) Menos mal que aún queda gente buena por el mundo, otras personas ni se hubieran molestado. Esto gesto si que merece una entrada ;)

Athena dijo...

El disgusto de extraviar el monedero lo tuve en mi cumpleaños, pero sí que se puede considerar un regalo recibido con retraso.

Es cierto que, si el taxista no hubiera registrado y descubierto mi identidad, nunca habría recuperado el monedero. Lo normal es que él lo hubiera dejado en la central, pensando que alguien lo perdió el sábado por la noche... pero yo no iba a llamar más preguntando por él, porque llevaba dos días sin aparecer y no creía posible que estuviera en el taxi. Casualidades de la vida... y gente honrada, por supuesto.

Antonio Rentero dijo...

Para que luego digan del honrado y sacrificado gremio del taxi...