Confieso que en parte envidio a la gente capaz de acercarse a un actor o actriz al que ven por ahí y pedirle una autógrafo y hasta una foto. Yo soy incapaz de tal cosa. Si esa persona está en un momento de relax, tomando algo o con su familia, puede sentirse molesto con eso y es comprensible. Y la gracia se acaba, porque puede reaccionar mal y mandarte al guano, en plan Fernando Fernán Gómez. Fuera magia y todo el halo que rodeaba a tu ídolo se esfuma.
Por internet y Twitter veo a suertudos del mundo que se hacen fotos con Aidan Gillen, por ejemplo, porque se lo encuentran por la calle y le piden el favor. Él, tímido por naturaleza y hasta raro, posa con una cara difícil de descifrar. Si yo lo viera delante de mí en la cola del supermercado no le diría ni mu. Primero porque no iba a saber ni cómo hacerlo en inglés y segundo porque me llevaría una decepción si me soltara un estufido. Pero es que el contexto es importante. No es lo mismo ver a un famoso en la vida cotidiana que verlo en la parte profesional. Y he tenido la gran suerte de estar en el momento justo y adecuado para conocer de cerca y hacerme una foto con otro de mis actores preferidos, el que ha sido para mí el mejor Rochester ever, hijo de dos grandes, Dame Maggie Smith y Sir Robert Stephens: Toby Stephens.
Hace una semana que mahn y yo hemos estado en Londres. Sabía que Toby estaba representando Private lives junto a Anna Chancellor, pero una nunca imagina que va a tener tan cerca a su ídolo. Paseando por las calles y viajando en el metro, los carteles de la obra me asaltaban por todos lados. Le comenté a mahn lo que me gustaba ese actor y que a lo mejor podríamos ir a verlo. Él, que es un amor, no lo dudó, porque ¿cuándo se me iba a presentar una oportunidad igual? ¡Posiblemente nunca más! Así que, ni corto ni perezoso, me llevó al teatro a sacar unas buenas entradas.
El día de la representación yo estaba tan tranquila, como si fuera al cine y no a ver en vivo y en directo a Toby, al Rochester que me conquistó hacía años. Disfruté de la obra como una enana y le pedí de nuevo a mahn un favor: ir a la salida de actores a esperarlo. Ni yo misma me creía lo que estaba haciendo. Allí sólo había dos locas más. Media hora después ya éramos amiguísimas y hablábamos ansiosas sobre si Toby saldría o no. El hombre que vigilaba la puerta había dicho que sí, pero que tardaría. A la hora de finalizar la función apareció él. No soy consciente del fangirleo, pero mahn asegura que mi cara era digna de verse y que no paraba de repetir "¡Qué guapo, qué guapo!" Y es que es así. Pensaba que me iba a llevar una decepción al tenerlo cerca, que no sería tal y como lo había visto en fotos, películas y series... Pues todo lo contrario. A cara lavada, vestido informal, era algo espectacular. Hasta mahn me lo dijo. El hecho de ser sólo tres chaladas fomentó la cercanía. Si se hubiera tratado de un actor muy mediático y una horda de mujeres hubiera estado allí, yo me habría acobardado y sólo habría echado alguna foto de lejos. Pero aquello fue como muy familiar. Le dije que venía de España mientras me firmaba el programa de mano y mahn me hizo cuatro fotos con él. Todavía no me lo creo aunque me vea agarrada a su cintura, sonriendo como una pava. Después de atendernos y darnos una y mil veces las gracias por haber venido a verlo, se fue tan tranquilo, paseando como si nada por las calles de Londres. Así que me lo podría haber cruzado cualquier día andando, pero jamás me hubiera hecho una foto con él, eso seguro.
En fin, una experiencia inolvidable que debo agradecerle a mahn, mi verdadero Rochester.
La foto no le hace justicia para nada... |
4 comentarios:
Que afortunada has sido al poder ir a verlo, pero más afortunada todavía por tener al Rochester de tu vida siempre tu lado apoyándote incluso en las locuras ja,ja,ja..
Kissiño sister, no sabes cuantísimo me alegro disfrutaras la experiencia :)
La tuya con Roberto Alagna es insuperable. Esto no es nada más que una minucia comparada con tu "feeling" con el tenor, pero sé que comprendes mi emoción, porque esto no pasa todos los días. Y nuestros Rochester son lo mejor, en efecto.
Besicos, sister ;)
Todavía miro las fotos y se me ponen los dientes tan largos que los tengo que arrastrar ya por el suelo, jajaja! Menuda suerte has tenido Athena de poder verlo en vivo y en directo, pero además de haberlo tenido tan cerquita de ti, desde luego es una experiencia y un momentazo que no vas a olvidar en toda tu vida y que nunca se sabe si se podrá volver a repetir. Nuestro Rochester favorito estaría encantado de ver a una fan española babeando frente a él (no se imagina cuánto xD), pero tu Rochester ha sido todo un amor y por ello se merece una gran reverencia... Eso es ser todo un gentleman y querer bien a su Jane! :P
Un beso :)
La verdad es que es indescriptible, porque no fue conocer a un actor cualquiera, sino a uno que me gusta realmente y que admiro. Una experiencia para toda la vida...
Y mi Rochester fue mi mejor cómplice, desde luego :3
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