jueves, 26 de diciembre de 2013

The White Queen, las mujeres hacen la Historia

Estas vacaciones me he propuesto ver algunas series, sassenachear un poco más de lo habitual (cosa que no estoy cumpliendo) y ordenar el cuarto de la vergüenza (esto mejor ni lo explico). Entre las series pendientes tenía The White Queen, lo que podría ser una especie de precuela de The Tudors, pero con la diferencia de que aquí el punto de vista es femenino, concretamente tres mujeres serían las grandes protagonistas. De hecho, la serie se basa en la novela homónima de Philippa Gregory y en otras dos, The Red Queen y The Kingmaker's Daughter. Esta señora, para quien no la conozca, tiene en su haber The Other Boleyn Girl y otras novelas relacionadas con la realeza inglesa de esas épocas. Este verano, en plena fiebre tudoriana, me compré en Londres The Constant Princess, sobre Catalina de Aragón, personaje por el que siento cierta simpatía, pero que no sé ni cuándo leeré.

Mientras veía la serie, me daba cuenta de esas sutiles similitudes (a veces no tan sutiles) entre la llamada Guerra de las Dos Rosas y Canción de Hielo y Fuego. Martin nunca ha ocultado su inspiración, pero es que estaría bueno... Aunque insisto en que en su momento encontré más parecido entre la historia de Isabel la Católica y la saga martiniana. ¿Lo confesará Martin alguna vez? 

TRES MUJERES DE ARMAS TOMAR

Como he indicado antes, la serie se basa en tres novelas, cada una de ellas dedicada a una mujer importante con la historia que aquí se trata.
Isabel Woodville, la Reina Blanca

Rebeca Ferguson encarna a Isabel Woodville

Se la consideraba una plebeya, pero Eduardo IV se casó con ella en una boda secreta y privada que será usada en su contra después para declarar bastardos a sus hijos. Era viuda cuando conoció al rey de Inglaterra, un York. Su familia era partidaria de los Lancaster, pero cambiaron de bando después del matrimonio. Tuvo fama de bruja, al igual que a su madre, algo que se usa en la serie varias veces. Una mujer fuerte y muy fértil, aunque tuvo sólo dos hijos varones, siendo el resto niñas.

Margarita Beaufort, la Reina Roja

Amanda Hale como Margarita Beaufort

Margarita está en el bando Lancaster y defiende a su retoño, un Tudor, como legítimo rey. Esta mujer es presentada como una fanática religiosa, convencida de que su hijo Enrique llegará al trono por expreso deseo del mismo Dios a pesar de que son muchos los obstáculos a salvar. Pero ella también sabe jugar sus cartas y no lo deja todo en manos del Altísimo. Su cuarto matrimonio (tercero según ella, que nunca reconoció el primero que tuvo) con Lord Stanley es la prueba de los intereses que reinaban en esa época a la hora de casarse. Al final de la serie la he visto como una especie de Catelyn Stark que se presenta en el campo de batalla en el que se decidirá si Enrique se convertirá o no en el monarca de Inglaterra. Sus continuos rezos me han recordado también a la devoción de Catelyn por los Siete.

Ana Neville, la Hija del Hacedor de Reyes

Faye Marsay es Ana Neville
Ana y su hermana, Isabel, son dos peones en manos de su padre, el tío de Eduardo IV, conocido como El Hacedor de Reyes. Me hizo gracia ver que aquí hay un "kingmaker", mientas que en Canción de Hielo y Fuego encontramos un "kingslayer". Juegos de palabras aparte, Ricardo Neville, Lord Warwick, era un señor muy poderoso y sabía cómo moverse e intrigar. Así, logra casar a su hija mayor con Jorge, hermano del rey, y a Ana con Eduardo, hijo del rey Lancaster Enrique VI. Comprobamos así que este hombre usaba a sus hijas a conveniencia, según estuviera de un bando o de otro, llegando a tener a una hija en cada lado. Pero Ana, a diferencia de Isabel, tenía más carácter y, tras quedarse viuda, logró contraer matrimonio con el otro hermano del rey, el Duque de Gloucester, futuro Ricardo III, por lo que llegará a convertirse en reina de Inglaterra, cosa que su hermana no consiguió a pesar de la rebelión protagonizada por Jorge para deponer a Eduardo IV del trono.

OTRAS FÉMINAS A TENER EN CUENTA

Jacquetta de Luxemburgo, la Dama de los Ríos

Janet McTeer como Jacquetta de Luxemburgo
La madre de Isabel Woodville tiene su propia novela, The Lady of the Rivers, un juego de palabras porque su segundo marido y padre de su numerosa prole fue el Barón de Rivers, un hombre de baja condición social. Aquí la vemos con dotes de bruja y hechicera, y se sabe que fue acusada de tal cosa en un juicio del que finalmente salió libre. Sufrió la muerte de su querido esposo y de uno de sus hijos a manos de Jorge y Lord Warwick.

Cecilia Neville, Duquesa de York

Caroline Goodall encarna a la madre de Eduardo IV
La Duquesa Cecilia no aprobó el matrimonio de su hijo con Isabel Woodville, a la que consideraba una advenediza al igual que toda su familia. El primer encuentro entre ella y su nuera es antológico, más que nada por la intervención de Jacquetta, que le suelta una indirecta sobre los rumores que hubo sobre la posible ilegitimidad de Eduardo, del que se decía que era hijo de un arquero con el que Cecilia había tenido un lío. La cara que se le queda es un poema. Leo por ahí que Catelyn Stark está en parte inspirada en esta mujer, que quería mantener a sus hijos unidos y de hecho intervino para poner fin a las enemistades hubo entre ellos.



Ana Beauchamp, Condesa de Warwick

Ana es interpretada por Juliet Aubrey

La perfecta pareja de Lord Warwick, era una mujer muy rica, y su fortuna fue codiciada por Jorge y Ricardo, casados con sus hijas.  Cayó en desgracia cuando su marido se unió a la causa de Jorge para derrocar al rey Eduardo IV.

Margarita de Anjou, la reina Lancaster

Veerle Baetens interpretando a Margarita
Margarita era la esposa del rey Enrique VI, que curiosamente era "el rey loco" (otra referencia a Canción de Hielo y Fuego). Francesa de nacimiento, su matrimonio con el Lancaster se produjo para acercar Inglaterra con Francia. Casó a su hijo con Ana Neville, pero el heredero murió en una batalla, de forma que los Lancaster se quedaron sin candidato descendiente directo de Enrique, por lo que las opciones del hijo de Margarita Beaufort se reforzaron.

Isabel Neville, la hija obediente

Eleanor Tomlinson como Isabel Neville
Como hemos visto, Isabel fue utilizada por su padre como un peón de su juego. Más dócil que Ana, se casó con Jorge y vivió obsesionada con darle un hijo varón. Estuvo enfrentada a su hermana, que desconfiaba de las intenciones de Jorge, aunque terminaron reconciliándose. Convencida de que Isabel Woodville era una bruja, atribuyó a la reina las desgracias que le ocurrieron. 

Isabel de York, la Princesa Blanca
Freya Mavor interpreta a Isabel en los últimos capítulos
Fue la primogénita de Isabel y Eduardo. Después vendrían más niñas hasta que llegaron los ansiados varones que, lamentablemente, no conocerían la edad adulta. Tras la muerte de su padre y el ascenso de Ricardo al trono, parece ser que éste pretendió casarse con su sobrina. A Isabel Woodville no pareció desagradarle la idea, puesto que de esa forma su hija se convertiría en reina. Pero por otra parte, Isabel fue prometida al pretendiente Enrique Tudor si este derrocaba a Ricardo y se hacía con el trono. Finalmente así fue la historia y el matrimonio entre Enrique e Isabel puso fin a la Guerra de las Dos Rosas y unió a las familias enfrentadas. Ellos fueron los padres de Enrique VIII. Parece ser que la BBC tiene pensado llevar a la pequeña pantalla la novela de Philippa Gregory titulada The White Princess, que sería la continuación de esta serie e iría justo antes de The Tudors. Ojalá se haga.

La historia de todas estas mujeres está vinculada a la de los siguientes hombres:

LOS TRES HIJOS DE YORK

De izquierda a derecha, Jorge, Eduardo y Ricardo (me encantan estos nombres)
 Eduardo IV

Max Irons como Eduardo IV
Joven impetuoso, se casó con Isabel Woodville en una ceremonia secreta que no gustó nada a nadie, ni a su familia ni al Hacedor de Reyes, que había proyectado su boda con una princesa francesa para obtener una alianza con aquel país. Tuvo que enfrentarse Lord Warwick y a su propio hermano Jorge, que quiso usurparle el trono.

Jorge, Duque de Clarence

David Oakes, siempre haciendo de malote, es Jorge
 Jorge estaba siempre entre dos tierras: apoyar a su hermano contra los Lancaster e ir contra él para coronarse rey. Así le fue como le fue. Odiaba a su cuñada Isabel, a la que creía una bruja. SPOILER: Eduardo tuvo que condenarlo a muerte por traición.



 Ricardo, Duque de Gloucester y futuro Ricardo III
Aneurin Barnard como Ricardo. Un descubrimiento este muchacho
A Ricardo se le pone siempre la pinta que Shakespeare le dio en el drama Ricardo III. Aún recuerdo el impacto que me produjo la versión de Lawrence Olivier, con esa nariz, la joroba y el alma negra y retorcida, capaz de asesinar a dos niños por hacerse con el trono. Cuando vi a Aneurin busqué inconscientemente la joroba, a sabiendas de que recientemente habían hallado los restos de Ricardo y se había llegado a la conclusión de que sufrió escoliosis, pero la ropa le ocultaba el bulto que pudiera tener en la espalda. Una alegría ver a este señor, la verdad. Aparte de lo estupendo del actor, Ricardo es aquí un hombre que siempre se mantuvo fiel a su hermano y, creo yo, se hizo con la corona pensando en lo mejor para Inglaterra una vez que los hijos de Eduardo fueron declarados bastardos. Lo de la muerte de los Príncipes de la Torre queda un poco... Mejor que lo vean ustedes mismos. Su matrimonio con Ana Neville se supone feliz, puesto que no se le conocieron amantes en el tiempo que duró. Se conocían desde pequeños y en la serie nos presentan a la hija del Hacedor de Reyes como enamorada desde siempre de Ricardo.




EL CANDIDATO LANCASTER AL TRONO

Enrique Tudor, futuro Enrique VII


Michael Marcus como Enrique Tudor adulto
Enrique se crió separado de su madre, Margarita Beaufort. Su tío Jasper Tudor fue el encargado de su eduación, mientras que Margarita se movía para ponerlo en el trono. Pertenecía a una rama distinta de los Lancaster, pero tenía derecho al trono porque era nieto de Catalina de Valois, mujer de Enrique V, y de su segundo marido, un Tudor. Es el fundador de la dinastía que reinará en Inglaterra hasta Isabel I.

 LOS MALOTES IMPRESCINDIBLES

 Ricardo Neville, Conde de Warkick, "El Hacedor de Reyes"

Neville es interpretado por James Frain
Tío de los Hijos de York, se decía que quien reinaba era él y no Eduardo, hasta que éste se casó con Isabel Woodville. A partir de ahí perdió influencia en el rey y movió una rebelión en su contra para coronar al Duque de Clarence. James Frain vuelve a ser uno de esos personajes con un reverso tenebroso como su Cromwell de The Tudors.

Tomás Stanley, Lord Alto Condestable

Rupert Graves caracterizado como Lord Stanley
El matrimonio con Margarita Beaufort fue para ambos un puro trámite, una unión por conveniencia, que ni siquiera fue consumado. Lord Stanley y su hermano siempre estaban cada uno en un bando, por lo que aseguraban a su familia el apoyo del que estuviera en el poder. En cierto modo, me han recordado un poco a Meñique y la Araña, moviéndose a la perfección entre todos los tejemanejes de la corte sin despeinarse. La prueba más clara de lo bien montado que lo tenían es la batalla de Bosworth que enfrentó a Ricardo III con el pretendiente Enrique Tudor. Ahí están ellos, mirando el desarrollo, y los bandos enfrentados sin saber a quién van a apoyar los hermanos. Unos listos, desde luego.



Como cosa curiosa les dejo esta captura de pantalla. Margarita está contemplando un eclipse de sol (bien podría ser el Cometa Rojo de la saga de Martin) y lo ve como una señal de que Dios está del lado de su hijo. Ojo a lo que dice...


3 comentarios:

el caldero de calderot dijo...

Muy buena entrada Athena, y el rey llegará como un dragón...
Lo cierto es que nos mueve un poco el piso, la imagen que se destila por acá sobre Ricardo III, con todas las ideas preconcebidas que tenemos sobre él y con la imagen que nos impuso Shakespeare, lo que tampoco es su culpa, ya que siendo el escritor fetiche de Isabel I no tenía otra que acomodarse a las circunstancias. No dejes de ver "Looking for Richard", una visión muy particular sobre la obra de Chespir...
Besote preciosa

ladyvintage dijo...

¡Qué buenísima entrada, Athena! Cuando empecé a ver esta serie apenas tenía un vago recuerdo de la famosa Guerra de las Dos Rosas y después de un comienzo un tanto lento, a partir del 4º episodio no podía parar y me enganché irremediablemente. El gran descubrimiento de "The White Queen" ha sido ese desconocido Aneurin Barnard que se comía la pantalla en todo momento y dejaba a Max Irons a la altura del betún. Ojalá hagan otra temporada con la historia de Henry VII e Isabel de York, aunque mucho me temo que nos quedaremos con las ganas... :/ Apuntada tengo yo también la película de "Looking for Richard" para verla en cualquier momento ^_^

Un fuerte besote, guapa!:*

supersalvajuan dijo...

Yo vi el primer capítulo y no le pillé el truco.