viernes, 21 de agosto de 2009

Fin de Crepúsculo




Ya terminé con Amanecer, por tanto, también con toda la serie Crepúsculo. No sé qué manía tienen los escritores cuando empiezan a hacer segundas, terceras, cuartas, etc, partes de sus novelas que la siguiente es siempre más gorda que la anterior. Véase por ejemplo el caso de Harry Potter. Aquí lo mismo: de la primera a la última hay una diferencia de casi cuatrocientas páginas. Y otra chorrada específica de esta serie en concreto: ¿desde cuándo le llaman a la protagonista con el diminutivo de Bells? En esta última parte todo quisque se lo dice.

Pero vayamos al asunto. La tercera parte nos dejó un epílogo protagonizado por Jacob, una manera de la autora de cubrirse las espaldas de cara a la siguiente entrega, porque una de las partes está protagonizada por este personaje. De esa manera podemos asistir desde otro punto de vista a algo muy importante a la vez que nos tiene más en vilo, claro. A veces da la sensación de que Jacob es más protagonista que el propio Edward, precisamente por ese peso que tiene conforme vamos avanzando en la historia, sobre todo en Luna Nueva. En cuanto a Bella, sufre una transformación en su personalidad bastante grande: madura, deja de ser una adolescente y no sé hasta qué punto las lectoras con las hormonas aceleradas se sentirán tan identificadas con ella. Supongo que el interés por saber en qué queda la historia entre el vampiro y la mortal pesa más. Lo que está claro es que, de nuevo, tendremos amenazas para la familia Cullen en el horizonte... y de nuevo es Bella la principal causa, aunque esta vez hay algo diferente, que no voy a desvelar aquí, por supuesto.

Lo que sí se percibe es un final cerrado con una pequeña fisura, diminuta, pero ahí está. ¿Habrá quinta parte? No creo, pero miren lo que ocurrió con Los pilares de la tierra veinte años después...

4 comentarios:

Nictea dijo...

...Y habrá una tercera... Y aparecerá Juana de Arco, ya lo verá...

Athena dijo...

La leeremos, je, je, je.

Dammerüng dijo...

Pues la verdad, sobre esta trillogía y la "grapa" como la llamo yo hay mucho que decir. Yo la leí cuando todavía no era famosa (bastante tiempo la verdad) y he de decir que como lectura son ninguna pretensión intelectual no esta mal, los protagonistas tienen lo suyo y la historia es bastante etiquetable como una buena historia de amor con sus triángulos amorosos, sus separaciones, sus amores imposibles. Solo decir que llamo "grapa" al cuarto libro porque se ve claramente que la autora ha tenido el síndrome grapa, el cual es un conjunto de síntomas como son terminar la novela a tiempo para los editores y tener que hacer que la novela quede sellada en todos sus hilos argumentativos. Por eso me parece que es una grapa gigante, se ve bastante que la autora ha tenido que ingeniárselas para no dejar nada cojo. Aunque tengo que decir que el libro no pierde calidad con los otros, eso si, más largo que un día sin pan. Como lo que le acabo de soltar :)

Athena dijo...

De acuerdo al 100%, querida Dammerüng.