sábado, 15 de noviembre de 2008

Reafirmarse

Hace ya diez años que dejé las salidas nocturnas de los fines de semana por propia iniciativa. Se trataba de esas salidas por obligación, porque hay que salir, en grupo grande con el que no tenía nada que ver. La decisión la tomé porque estaba harta de malgastar mi tiempo y mis neuronas. Tras una década, sigo pensando lo mismo.

10 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

No te digo mas que el viernes por la noche se nos ocurrio salir despues de ver "Gomorra" a dar una vueltas por las tascas a un servidor, el tigre y mi fiel Consejero Satanasico Prandez... y a las dos copas nos fuimos a casa aburridos de tanta pajaruela y preguntandonos a nosotros mismos "¿que se me ha perdido aqui a mi?".

Encima luego una peste a tabaco en la ropa...

Athena dijo...

Lo del tabaco: otra razón más, querido Antonio.

Tigretón dijo...

Antonio, me has quitado el comentario de lo del viernes de la boca, bueno de los dedos y el teclado. Casi me da depresión. Lo bueno alegrarnos la vista con algunas-bastantes.

Al principio, hace años parece que necesitaba salir por "testículos" u "ovarios", y si no salía llamaba hasta el tío más raro, o las tías más raras, porque yo he salido con algún grupillo íntegramente femenino que ya os contaré algún día, de las de "cuánto te quiero perrito!!- Sí pero de pan poquito, que contestaba el perro, dicho sea no en el ámbito amoroso-sexual, si no en el ámbito de que cuando te metes en un pub te hacen menos caso que a la pared. Aparte tengo alguna aventurilla amorosa de lo más amarga... snifff, pero de la que me alegro no terminara en nada)

Bueno que me desvío del tema...
Lo más desagradable del viernes night fue no encontrar a nadie de nuestra edad, era como si el tiempo hubiera pasado para nosotros, entrar en el aseo del lugar y verme las canas... y salir de él y ver unas caderas y unas...2... en fin, me niego a pensar que por eso ya no soy joven. Pasé por la calle de Zalacaín y pregunté como se llamaba un pub de enfrente porque allí en una noche de frío como la del viernes tuve un achuchón con uno de mis primeros amores, mi Cristina Rosenvinge particular... que quedó en nada


Mi abrigo después de casi dos días sigue con olor a nicotina.
Ah! y no estuvo mal Gomorra, estoy tentado a comprar el libro...

Tigretón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Tigretón dijo...

perdón por la repetición Athena borra el segundo comentario, se ve que el alcohol propio y la nicotina ajena todavía me afectan

Tigretón dijo...

Ya lo borré yo, era repetición

Antonio Rentero dijo...

Si es q yo me reafirmo (ya q ese es el tema de la entrada) en q las alevines de pajaruela son una gran alegria para la vista (y con suerte para otros sentidos)... pero con unos años mas las hay incluso mas atractivas y muuuuuuuuucho mas interesantes!!!!

That´s my target, man.

Tigretón dijo...

Bueno, pues sí, aunque alguna "Lolita" tampoco está mal ¿eh?

Por cierto, Athena y Antonio, uno de los momentos más memorables de la noche del viernes pasado fue cuando estando los tres antedichos señores en un "garito" de las Tascas, parados (dicho sea en el sentido de parados), más apretujados que momias, enmedio de una corriente de gente, junto a unas chiquitas que se encuentran en la barra, otras un poco más atrás, ponen una cancioncilla y nos quedamos preguntándonos ¿quién cantará esto? "Paulina Rubio", dice uno de nosotros; "No, no puede ser" digo yo y otro, "El Sueño de Morfeo" dice otro, "por la voz". Entonces el gran Antonio (Rentero) dice: "Esperad", y se dirije a la muchachuela que hay al lado nuestro, y le pregunta, y se vuelve a nosotros ¡claro! eso era lo que teníamos que haber hecho: -"¡Nena Daconte!, es ¡Nena Daconte!". "Si ya lo decíamos nosotros".

Antonio Rentero dijo...

No, si al final las pajaruelas tienen su indudable utilidad :-)

Antonio Sánchez dijo...

Haces muy bien, Athena querida. Esto viene a ser más o menos como el juramento de los Boy Scouts... Hace poco me enteré que los miembros (casi 28 millones en todo el mundo) se reafirman en sus convicciones escultistas a través de un juramento de fidelidad. A mí, la verdad, me suena un poco a Club-Secta, aunque claro, quien me lo contó se llevó las manos a la cabeza al sólo oír mi opinión.
Sea como fuere, yo también pertenezco a este club de los que piensan que hacer por hacer es una supina estupidez y es por ello que cada vez salgo menos y si puede ser a lugares poco concurridos. Que no está uno para muchos trotes...