No, no voy a hablarles aquí de la Selección Nacional de fútbol, ni de Nadal, ni del ciclismo patrio. Les quiero hablar de otras cosas en las que, si fueran deportes, España sería la gran campeona de los mismos: son nuestros "deportes nacionales":
Rumorología y cotilleo: hay dos ligas, la del cotilleo de mirar quién sale y quién entra del edificio y la liga de oro, esto es, el soltar bulos y dar credibilidad a cosas que ya van a fastidiar a la víctima.
Envidia: es el deporte español por excelencia y viene a ser una especie de subcategoría o primer paso para alcanzar nivel en el deporte siguiente.
Caza del sobresaliente y triunfo del mediocre: evidentemente, aquí las medallas se las merecen los que menos sacan la cabeza y se arrodillan todo lo que se puede y más para no hacer sombra al que da los premios.
Estos tres deportes se condensan en dos: todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario y, si es declarado inocente, "algo habrá hecho de todas formas".
Rumorología y cotilleo: hay dos ligas, la del cotilleo de mirar quién sale y quién entra del edificio y la liga de oro, esto es, el soltar bulos y dar credibilidad a cosas que ya van a fastidiar a la víctima.
Envidia: es el deporte español por excelencia y viene a ser una especie de subcategoría o primer paso para alcanzar nivel en el deporte siguiente.
Caza del sobresaliente y triunfo del mediocre: evidentemente, aquí las medallas se las merecen los que menos sacan la cabeza y se arrodillan todo lo que se puede y más para no hacer sombra al que da los premios.
Estos tres deportes se condensan en dos: todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario y, si es declarado inocente, "algo habrá hecho de todas formas".
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