Venía tranquilamente en mi coche, escuchando la radio, cuando de pronto ha empezado a sonar un disparate que intentaba ser "Déjame", el clásico de Los Secretos. Se trataba de una de esas versiones cochambrosas que se disfrazan de "homenaje" a algún grupo de la época dorada del pop español. Si yo fuera miembro de una de esas formaciones musicales y me hicieran este tipo de jugarretas, sería la señal de que he caído muy bajo. Si han oído esta versión y la de "Cien gaviotas" de Duncan Dhu, pues sabrán de qué hablo.
Fíjense en que es imposible reconocer a nadie, excepto a Amaya, la de La Oreja de Van Gogh en "Cien gaviotas", que hace una reinterpretación gutural insufrible en la estrofa que le ha tocado en el sorteo. Creo que en realidad nadie quiere que se sepa que ha participado en semejante cutrerío, pero ahí están, registrados per secula seculorum. La canción de Duncan Dhu parece la grabación con móvil de un grupo de amiguetes que están de despedida de soltero en un karaoke, pasados de copas ya a las tantas. Un horror.
martes, 5 de febrero de 2008
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