viernes, 23 de enero de 2009

Atrofia II

Esta vez no voy a hablar de la atrofia física, sino de la mental. Desde que dejé atrás las oposiciones, mi cabeza entró en una especie de pausa, no sé cómo explicarlo. Me imagino mi cerebro como una esponja, pero no de las de toda la vida, sino de las modernas de nylon (creo). ¿Cuál es la diferencia? Que las primeras absorben y las segundas no, están siempre secas. Pues eso le pasa a mi cabeza: que no retiene. Y no sólo no retiene, sino que olvida. Qué sensación más horrorosa.

6 comentarios:

Ramón Monedero dijo...

A mi a veces me ha pasado algo parecido, cuando dejas de leer y escribir, de reflexionar sobre lo que ves, el cerebro se estanca y luego pareces incapaz. No se si vas por estos tiros, pero siempre viene bien leer algo de droga dura sobre todo, escribir...

Wunderkammer dijo...

Este gran blog es la prueba de que su cerebro nunca podría compararse con una esponja de "nylon".

Y en cuanto a olvidar... estoy convencida de que la memoria es selectiva y que principalmente olvidamos lo que no merece la pena (por insignificante o por malo).

Athena dijo...

En cierto modo, tener un blog me tiene al día de escribir, viene bien para no oxidarse en ese sentido.

Wunderkammer dijo...

Yo es la gran ventaja que les veo, te obliga a poner en orden las ideas para poder escribirlas... Eso está muy bien.

Antonio Rentero dijo...

Lo de no retener no es tan peligroso, siempre podemos buscar las cosas que no recordamos en... sí, hombre... ¿como se llamaba? Sí, la web esta que sirve para buscar cosas en Internet... ¿como era? Goo... algo...

Antonio Rentero dijo...

Bueno, otra cosa que viene muy bien para cuando no retienes las cosas en la cabeza es tener una pareja... que siempre te recuerda a toro pasado "¿ves? te lo dije".