lunes, 12 de enero de 2009

Exhibicionismo tímido

Esta tarde he quedado con un compañero y buen amigo de mis tiempos de El Algar con el que, de alguna manera, mantengo el contacto a pesar de que él vive al margen de las nuevas tecnologías. Creo que es todo un milagro que sigamos viéndonos si tenemos en cuenta que ahora "hablo" más a través de mi blog o de correos electrónicos que en persona con bastante gente. Puede parecer triste, pero más triste es perder totalmente el contacto porque uno "lo va dejando". Por otra parte, se pueden establecer o restablecer amistades por el uso de un blog. Y hablando de blog: cuando digo que tengo uno la gente suele pensar que qué pereza tener que escribir todos los días. Ya les explico que puedes estar meses sin escribir, que no es obligatorio. Lo cierto es que yo empecé el mío por un cabreo televisivo, y pensé que no iba a dar para más, pero me he dado cuenta de que tengo cuerda para rato (cosa que mi pobre amigo ha sufrido esta tarde: perdón, P.C.). Me ha hecho gracia lo que me ha dicho este amigo: mi blog, por lo que yo decía, era una manera de exhibirme pero tímidamente porque ni escribo con mi nombre ni muestro mi foto y, sin embargo, pongo al alcance de cualquiera que pase por aquí mis pensamientos, gustos o chorradas varias. Bueno: en eso consiste, por lo menos para mí ;)

4 comentarios:

Ramón Monedero dijo...

Yo tengo que admitir que cuando emepzó esto de los blogs lo encontraba como algo un pelín ególatra. Mi entrada en este mundillo se debió a una cuestión bastante particular. El caso es que decidí poner uno en marcha, no sabía lo que me iba a durar, pero tampoco me importaba, eso si, tenía muy claro que iba a ser de cine, mi pasión obsesiva de tintes patológicos. Al final resulta que me gusta, es un foro de discusión muy curioso aunque también es cierto que resulta un poco egocéntrico. Yo cuando digo que tengo un blog, inmediatamente digo, "si, ya se que a quien narices le va a importar lo que yo pienso sobre cine" y resulta que si, que si importa. Es curioso, también alagador claro, pero es muy curioso.
Saludillos.

Antonio Sánchez dijo...

Yo, Athena querida, nunca pensé tener no la cercana posibilidad de poseer un blog, entre otras cosas porque las nuevas tecnologías me han producido siempre una suerte de alergia que voy superando _por fortuna_ poco a poco.
Un buen amigo me ofreció los rudimentos de esta forma nueva de interacción y desde entonces forma parte de mi vida... como un apéndice más.
Si bien es cierto que escribo sólo cuando me lo pide el cuerpo, la blogsfera se ha convertido en una necesidad, en una rutina y, aunque casi todos los blogs que consulto son de buenos y viejos amigos, no lo es así en todos los casos. Al tuyo llegué por casualidad y, aunque no te conozco en persona, tengo la idéntica necesidad de entrar en tu blog a diario, de la misma manera que lo hago con el resto de blogs amigos...
He aquí lo milagros de la moderna interacción...
Enhorabuena por tus entradas.

Athena dijo...

Queridos: veo que coincidimos bastante en todo.

Antonio: lo primero es decirle que me alegro de que le gusten mis entradas. Por otro lado, a mí me pasa igual en cuanto a lo de mirar religiosamente todos los días los blogs amigos. Y varias veces por si hay alguna novedad a última hora. Es una buena forma de comunicarse. Gracias al mundo de la blogosfera he podido conseguir, por ejemplo, un vídeo que pensé que nunca iba a encontrar.

Y encantada de leerles a todos, por supuesto.

Wunderkammer dijo...

A mí me gusta esta forma de interacción. Yo empecé leyendo y así pasé mucho tiempo. Luego empecé uno de prueba y... se me ocurrió un día firmar con el nombre (un día en que una diosa cuyo bitácora me encantaba estaba un poco plof) y decirle "tú vales mucho y sé lo que me digo" o algo así y... me lancé al exhibicionismo tímido.
Ahora no me arrepiento para nada.
Besos, divina diosa.